Aerotrastorno

Caída en picado: el caso contra Boeing, un documental sobre el fiasco del 737MAX que se queda a medio camino

Esperaba con ganas que Netflix estrenara Caída en picado: el caso contra Boeing a ver cómo trataba el documental el fiasco el caso del Boeing 737MAX. Pero he de decir que me ha defraudado, que en mi opinión se queda a medio camino.

Explica los motivos por los que Boeing llegó a sacar al mercado el MAX: básicamente la presión para maximizar el valor de las acciones de la empresa y la necesidad de tener un avión con el que contrarrestar el enorme éxito de ventas del Airbus A320neo, que estaba llevándose un enorme porcentaje de ventas del segmento más lucrativo para la empresa. Explica también cómo Boeing intentó desesperada y descaradamente echar balones fuera tras el accidente del vuelo 610 de Lion Air echando la culpa a los pilotos cuando internamente sabía que había problemas con el MCAS, el sistema diseñado para que el MAX no necesitara formación extra para las tripulaciones. Y como a pesar de tener información que debería haberles hecho dejar el MAX en tierra para solucionas los problemas con el AX siguieron insistiendo en que era seguro incluso después del accidente del vuelo 302 de Ethiopian Airlines.

Cuenta también que en el origen de todo esto está la adquisición de McDonnell Douglas por parte de Boeing que, sin embargo, terminó con que la cultura de la primera, absolutamente centrada en los beneficios, se impusiera a la de la segunda, tradicionalmente centrada en la ingeniería y en hacer aviones seguros.

Pero deja irse de rositas a la Autoridad Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos, que hizo una espectacular dejación de funciones en el caso del MAX. Suya era la responsabilidad de supervisar que el diseño y los análisis de riesgos de Boeing eran correctos. Y no lo hizo porque, por un lado, se le había quitado autoridad, por otro se le habían quitado efectivos, pero, sobre todo, porque los cuadros directivos de habían hecho demasiado amigos.

No habla para nada de las modificaciones que han sido necesarias para que el MAX pudiera volver al servicio; sólo menciona de pasada –y para eso con un texto– la expulsión de Dennis Muilenburg, el CEO de Boeing responsable del MAX…

Como decía antes, para mí se han quedado a medio camino. La responsabilidad es fundamentalmente de la cúpula directiva de Boeing, sí, pero no exclusivamente; y esta es la parte que sobre todo echo en falta.

En fin, que mucho mejor el libro Flying Blind sobre este mismo tema.

Relacionado,

# Enlace Permanente

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button