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Las publicaciones académicas financiadas con dinero público serán de acceso abierto

IMAGE: Kerstin Riemer - Pixabay

Una muy buena noticia: la administración Biden, a través de su Oficina de Política de Ciencia y Tecnología (OSTP), acaba de anunciar una directiva y un memorandum que exigirá a todos los journals académicos que faciliten el acceso libre y gratuito, sin ningún tipo de muro de pago, en formatos legibles que permitan el uso y la reutilización, a toda investigación que haya sido financiada total o parcialmente mediante fondos públicos.

La nueva política, que sustituye a una anterior que permitía mantener este tipo de publicaciones tras un muro de pago durante un año, tendrá que estar completamente implementada antes del final del año 2025, y supondrá un acceso mucho más sencillo para una gran cantidad de recursos de investigación en una amplísima variedad de áreas, sobre todo para personas que no cuenten con ese acceso a través de las suscripciones de sus universidades o centros de investigación. Según la directora de la OSTP, Alondra Nelson,

«… los contribuyentes estadounidenses financian anualmente decenas de miles de millones de dólares en investigación de vanguardia. No debería haber demoras ni barreras entre el público estadounidense y los rendimientos de sus inversiones en investigación».

Las iniciativas para lograr este libre acceso a toda la investigación financiada con fondos públicos comenzaron hace más de treinta años cuando algunas bibliotecas universitarias se hartaron de pagar unas suscripciones a journals que no dejaban de subir y algunos investigadores en el área de las ciencias de la salud protestaron por tener que pagar para acceder a investigaciones que consideraban que podían salvar vidas, pero el lobby de las editoriales había conseguido ir retrasando las actuaciones definitivas hasta ahora. La iniciativa anterior, que había logrado reducir a un año el período en el que la investigación permanecía tras un muro de pago y, en algunos casos, obligaba a la publicación libre de los artículos previos a la revisión, había sido publicada durante la administración Obama, y precisamente Joe Biden, entonces vicepresidente, había manifestado su desacuerdo con su escaso alcance.

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En las primeras reacciones al anuncio, algunas de esas editoriales han pedido a las agencias que financian la investigación que incrementen el soporte económico que dan a sus journals a cambio de que estos ofrezcan libre acceso a su investigación, pero el propósito de la directiva no deja lugar a dudas: no puede seguir permitiéndose que una persona que paga unos impuestos que hacen posible una investigación tenga que, posteriormente, volver a pagar para conseguir ver los resultados de la misma.

La directiva norteamericana sigue iniciativas similares en la Unión Europea y en otros países, pero es especialmente importante dada la fuerte actividad de financiación de investigación que se lleva a cabo con fondos públicos en el país. Se estima que en el año 2020, los distintos fondos federales dedicados a la financiación de investigación en todos los ámbitos generaron entre 195,000 y 263,000 artículos publicados, lo que supone entre el 7 % y el 9 % de los 2.9 millones de artículos publicados en todo el mundo ese año.

El libre acceso a la ciencia es una de las cuestiones más importantes que existen a la hora de favorecer precisamente a los investigadores que necesitan acceder a ella para seguir construyendo ciencia. Todo paso que nos permita acercarnos a un futuro con acceso abierto a la ciencia, en el que no existan instituciones capaces de poner la ciencia tras un muro de pago son, sin duda, positivos.

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