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Apple, la privacidad y el futuro

IMAGE: modified from ROTFLOLEB (CC BY)

Apple pospone hasta principios de 2021 el cambio en la configuración de privacidad que llevará a que los usuarios de sus dispositivos tengan muchísimo más control sobre el seguimiento que otras compañías hacen de su información personal, para dar a los desarrolladores algo más de tiempo para hacer cambios y prepararse para ello.

Básicamente, el cambio supone que los usuarios tendremos que decidir específicamente si aceptamos que cada app que instalemos pueda espiarnos sistemáticamente a través de toda la web, algo a lo que, lógicamente, la inmensa mayoría de usuarios diremos que no. Si lo pensamos fríamente, la cuestión es alucinante: lo que nos están diciendo es que hasta ahora, cualquier app que instalásemos estaba dedicándose a espiarnos sistemáticamente y a saber lo que hacíamos ya no dentro de la app, sino cuando visitábamos casi cualquier página en la web, y que eso, además, era «lo normal». Pues la verdad, prefiero imaginarme una web en la que la privacidad se parezca más a cómo funciona en la vida real.

Esa normalización de lo que jamás debió ser normal es lo que ahora Apple, con ese cambio, pretende evitar. A partir de su puesta en marcha, el código que identifica tu dispositivo (IDFA) no será compartido con anunciantes si tú específicamente expresas que no quieres que lo sea, algo que, lógicamente, preocupa mucho a compañías como Facebook o a muchas otras que viven de la publicidad. Y precisamente eso es una pista para los usuarios: cualquier cambio que haga que Facebook y su imperio reaccionen como están reaccionando, acusando a Apple de ejercer un monopolio sobre la información del usuario o afirmando que ese cambio les llevará a perder la mitad de sus ingresos, eso es decididamente bueno, porque esos ingresos estaban construidos sobre el abuso sistemático de nuestra privacidad.

El cambio es, por tanto, bueno para Apple, porque legitima su posición sobre la privacidad como derecho fundamental claramente expresada en infinidad de ocasiones, y perjudica claramente a un montón de sitios en la web que vivían de explotar nuestra información de maneras que la inmensa mayoría de nosotros queríamos tener bajo control. ¿Significa eso que muchos servicios y páginas desaparecerán? Fantástico: que desaparezcan. Ese concepto de publicidad predatoria ha permitido durante demasiado tiempo que un montón de basura aflore en la web y viva de vender mis supuestos intereses, y es tiempo ya de que eso cambie. Para los usuarios, el cambio no puede pintar mejor.

Oh, sí… será Apple quien pueda controlar esa privacidad, y en el fondo, lo hace por dinero, por ganar más, no por protegernos… Ya, claro. Pero hasta ahora, dejar mi información en manos de Apple no me ha perjudicado especialmente, mientras que dejarla en manos de Facebook y de otros se ha convertido seguramente en una de las peores decisiones que hemos tomado como sociedad. Lo único que lamento de que Apple, en breve, despliegue ese cambio en millones de dispositivos en todo el mundo es que esos dispositivos no sean, en la mayoría de países, de uso mayoritario, y por tanto, podamos ver una época en la que la privacidad estará al alcance únicamente de aquellos que puedan permitirse un dispositivo estampado con la marca de la manzana. Sin embargo, mi preocupación es únicamente relativa: si como todo parece indicar, el cambio funciona y los usuarios reaccionamos positivamente ante él, habrá que esperar muy poco para ver movimientos similares en otras plataformas. De hecho, en el entorno web dominado por Google, la cuestión está siguiendo tintes similares: Chrome, navegador mayoritario, ha anunciado que dejará de soportar cookies de terceras partes en 2022, otro movimiento que privaría a Facebook de visibilidad sobre la navegación de los usuarios en otras páginas.

Un mundo en el que los usuarios tienen más control sobre lo que las compañías saben de ellos, sobre si sus movimientos e intereses son espiados a cada paso, es decididamente un mundo mejor. Si la compañía que lo lidera tiene una estrategia de dirigirse a un descremado del mercado que puede permitirse sus productos, me parece perfecto, porque esa misma compañía lleva años siendo la que marca las tendencias, y esa tendencia, por tanto, terminaré llegando a todos, usuarios de Apple o no. Si para recuperar parte de mi privacidad tengo que caer en brazos de Tim Cook y de Apple, sea: estoy dispuesto a ello, y al menos por el momento, me ha dado motivos para construir esa confianza. Llámame fanboy, pero si Apple consigue construir sobre esos principios ya no un sistema de pagos, de búsqueda o de verificación, sino directamente un sistema de identidad, estoy muy interesado en ver y estudiar sus propuestas.

Mientras tanto, leeré muy interesado lo que los directivos de compañías que hoy viven de la publicidad tengan que decir sobre Apple y sobre este cambio, y lo leeré, fundamentalmente, para poder levantar las manos que tengo sobre el teclado, y poder hacer con ellas un muy conocido gesto elevando el dedo corazón y retrayendo el resto. Gesto que, por el momento, les resultará difícil espiar, pero que espero que, de alguna manera, les termine llegando…


This article was also published on Forbes, «Could Apple’s new iPhone operating system really halve Facebook’s revenue? I hope so…«


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