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Horizon Worlds: no aprendemos

IMAGE: Meta

El desarrollo de Horizon Worlds, el entorno inmersivo tridimensional desarrollado por Meta y presentado en diciembre del pasado 2021 parece estar, segun datos de la propia compañía, creciendo a un ritmo interesante y haber alcanzado los trescientos mil usuarios, a pesar de estar disponible únicamente por el momento para algunas plataformas y dispositivos.

El fuerte incremento en las ventas de visores de realidad virtual durante las pasadas navidades, que ha llegado incluso a dejarse sentir en las reclamaciones por daños a las compañías de seguros, parece estar generando bastante curiosidad por un entorno desarrollado sobre Unity en el que los usuarios se convierten en avatares sin piernas y en el que pueden crear sus propios entornos – la compañía habla de más de diez mil, y de más de dos millones de descargas de su aplicación – y jugar a diversos juegos, o simplemente reunirse.

¿Podría la compañía de Mark Zuckerberg volver a repetir el éxito de su red social tras muchos años demostrando que los que optaron por utilizarla estaban en manos de auténticos irresponsables potencialmente peligrosos? Pese a que los números aún carecen de credibilidad, la posibilidad existe: para muchos usuarios, la identificación de un término absolutamente burbujeante como el de «metaverso» con el cambio de nombre de la compañía parece inspirar una curiosidad y un interés que lleva a invertir un dinero en un visor de realidad virtual, y a probar el entorno propuesto, incluso aunque sea aún profundamente limitado (más que muchos videojuegos) y a que la compañía siga siendo la misma que considera a sus usuarios como simple materia prima que terminar vendiendo a anunciantes. Frente a quienes pretenden homologar la actual Horizons World con el metaverso, hay una corriente que me parece mucho más interesante de analistas que creemos que un metaverso, para funcionar como algo realmente interesante, debe de partir de un conjunto de protocolos abiertos y de la actividad de múltiples actores, además de ser algo más que un videojuego por el que se mueven avatares sin piernas.

Así que por mucho que algunos nos horroricemos con lo espantosamente distópico del anuncio que la compañía insertó en uno de los cortes de la Super Bowl de este año, o que pensemos que no queremos saber nada de la empresa cuyo modelo de negocio parece ser simplemente el disculparse por sus barrabasadas, todo indica que la naturaleza humana es capaz de olvidarlo todo y de manifestar curiosidad por un entorno como ese, ante la posible perspectiva de que los anunciantes decidan pasar a la acción e inundar la plataforma de todo tipo de contenido, publicidad y promociones. Después de todo, siempre hemos sido de tropezar varias veces en la misma piedra.

Para la compañía, ser capaz de presentar un nivel de demanda elevado para la plataforma a la que parece haber fiado buena parte de su visión de futuro no puede ser más importante: tras la histórica caída del valor de su acción el pasado enero, que llevó el precio desde los $323 hasta los $237, el valor sigue sin recuperarse y mantiene, a día de hoy, un precio de $204, lo que indica que los accionistas no solo descuentan el hecho de que la compañía ya no crece y de hecho pierde usuarios, sino que tampoco ven claro ni el cambio de rumbo que pretende hacer, ni los más de diez mil millones de dólares que ha perdido en 2021 en AR y VR. En la práctica, y lo analicemos como lo analicemos, Horizon Worlds no es más que una plataforma creada sobre un motor de videojuegos en la que los usuarios pueden, como en Roblox o en otros entornos virtuales, crear sus propios entornos, y las compañías que se dedican a eso tienen, a día de hoy, valoraciones muy inferiores a la de Meta.

Pero cuando una persona ha sido capaz de, en un entorno tan voluble e impredecible como el de las plataformas sociales, construir un imperio al que atrajo a casi tres mil millones de usuarios y, a pesar de tratarlos espantosamente mal y de vender su privacidad al mejor postor, mantenerlos allí durante años, no descartemos nada. Como profesor de innovación y persona a la que le habitualmente le interesa probar cosas nuevas, me encuentro ante la paradoja de mantenerme al margen de algo porque, simplemente, no me gusta la naturaleza de quien lo desarrolla. Por tanto, por muy bien que vaya, por muchos usuarios que tenga y por muy popular que se haga, no contéis con ver esta página en Horizon Worlds. Y no, no es porque esté ya muy mayor para esas cosas.

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