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El bitcoin y la realidad

IMAGE: Central America hoped bitcoin would attract tourists. It hasn’t worked. - The Washington Post

Isabella Roiz, de The Washington Post, se puso en contacto conmigo por correo electrónico para hablar sobre la adopción de bitcoin como moneda oficial en El Salvador, y sobre las posibles consecuencias para su economía del hecho de adoptar una criptomoneda que se encuentra aún en plena fase de determinación de valor. Hoy publica su artículo titulado «Central America hoped bitcoin would attract tourists. It hasn’t worked.« (pdf), en el que me cita extensamente.

La adopción de una criptomoneda a nivel de todo un país tiene un problema, que es el de cómo integrar en la actividad económica un activo que mantiene aún un valor extremadamente inestable. En el caso del bitcoin, con un riesgo relativamente bajo debido a su ya elevado nivel de emisión y a su fuerte adopción a todos los niveles, el hecho de que el activo se encuentre como tal en fase de descubrimiento de valor hace que su uso, por el momento, solo sea adecuado como reserva de valor, y mucho menos como moneda transaccional, debido al nivel de incertidumbre que genera en el precio de cada transacción.

El efecto de esta limitación es aún más patente en economías en vías de desarrollo, debido, en primer lugar, a que la capacidad de utilización de activos como reserva de valor tiende a ser limitado debido a la escasa capacidad de ahorro de la población. En segundo lugar, surge el problema del acceso a internet y a las herramientas necesarias para llevar a cabo transacciones en una moneda exclusivamente electrónica, carente de representación física. Y en tercer lugar, existe el problema de cómo afrontar caídas de valor coyunturales, habituales en la fase de descubrimiento de valor, cuando se carece de un ahorro en forma de reserva que pueda cubrir esos decrementos temporalmente.

El problema, por tanto, es especialmente relevante para economías como las que por el momento han intentado aprovecharse del incentivo que supone el potencial de subida del bitcoin en su fase de descubrimiento de valor, El Salvador y la República Centroafricana: en caso de que, como ha ocurrido, el valor del activo entre en una fase decreciente debido a una situación coyuntural en el mercado, las inversiones realizadas en ese activo se deprecian temporalmente, y es preciso tener una base sólida en reserva para hacer frente a esa pérdida de valor temporal. Si esa reserva es muy escasa o inexistente en la población del país, se puede entrar en situaciones de importante desequilibrio.

Por otro lado, el efecto de «oficialización» que muchos usuarios están esperando para adoptar una criptomoneda y que podría tener lugar cuando un país hace oficial su uso, se ve claramente debilitado cuando los países que lo hacen son economías muy débiles, inestables o sometidas a fuertes tensiones, lo que tiende a dar a la criptomoneda una imagen de menor prestigio, y a transmitir la idea de que es utilizada como parte de un proceso eminentemente especulativo. En toda fase de descubrimiento de valor pueden generarse procesos especulativos, pero para capitalizarlos, es preciso poder hacer frente a eventuales momentos bajistas, algo que en esos países no está especialmente claro.

En países que intentan fomentar la actividad turística, el uso de una criptomoneda puede ser útil a la hora de blindar a los turistas de los eventuales vaivenes de una moneda local débil. Pero de nuevo, ello requeriría que la criptomoneda estuviese más avanzada en su fase de descubrimiento de valor, algo que en el caso del bitcoin no se da todavía.

Educar a la población de un país en el uso de una criptomoneda es, por otro lado, sumamente interesante, dado que estamos hablando de mecanismos, como la criptografía, el uso de un wallet o de un smart contract, que tendrán un uso muy habitual en el futuro en entornos como la llamada Web 3. Sin embargo, aunque ese tipo de conocimientos puedan llegar a ser muy deseables e incluso recomendables, su nivel de prioridad cuando hablamos de países en vías de desarrollo es más limitado con respecto al impacto que puede tener una pérdida de valor coyuntural de sus depósitos derivada de una eventual fase bajista.

Es muy importante entender el concepto de riesgo aplicado a una criptomoneda como el bitcoin, en la que la fase de creación del activo está cercano a su compleción y la adopción ha sido ya llevada a cabo por una gran cantidad de actores relevantes en la economía global: si bien la fase de descubrimiento de valor puede ofrecer todavía fases alcistas y bajistas, hablamos de un activo ya razonablemente consolidado que ofrece un elevado potencial como reserva de valor a todo aquel que pueda permitirse inmovilizarlo durante un tiempo potencialmente largo. Diferenciar este proceso de descubrimiento de valor derivado de la adopción de la mera especulación es importante, dado que condiciona en gran medida el riesgo al que un inversor está dispuesto a hacer frente en el tiempo. A largo plazo, tanto la adopción del bitcoin como la consolidación de su valor ofrecen escasas dudas, aunque temporalmente ese valor pueda reflejar todo tipo de fluctuaciones. Que apalancarse en esa evolución sea interesante o no, sea a nivel de un inversor o de la economía de todo un país, depende por tanto del nivel de reservas del que disponga para hacer frente a esas eventuales fases bajistas, algo que en el caso de países como El Salvador o la República Centroafricana sí puede llegar a representar un riesgo macroeconómico elevado, incluso inaceptable para muchos de sus habitantes, o responder a otro tipo de intereses.

A continuación, las preguntas y respuestas que intercambié con Isabella sobre el tema:

P. ¿Me puedes explicar desde tu perspectiva, por qué ha sido arriesgada la adopción del bitcoin en El Salvador?

R. El bitcoin, como ocurre con todas las criptomonedas, está aún en lo que se denomina su fase de descubrimiento de valor, y este depende fundamentalmente de su nivel de adopción. Lo que muchos consideran especulación es simplemente eso, un proceso económico en el que el mercado determina el valor de un activo. En ese sentido, las criptomonedas son el dinero del futuro, pero para que sean además el dinero del presente, tiene que darse otro supuesto: que su valor sea suficientemente estable como para convertir su uso transaccional en operativo. Por el momento, plantearse el uso del bitcoin como moneda transaccional es como mínimo complicado, precisamente porque su proceso de descubrimiento de valor está aún en sus fases iniciales. La apuesta de El Salvador es la de convertirse en una economía que apuesta por el dinero del futuro, y gracias a ello, capitalizar su economía en función del incremento de valor que el mercado anticipa, dado que bitcoin es la criptomoneda con un proceso de adopción más avanzado.

P. Mi artículo también incluye a Guatemala y Honduras, quienes también lo están adoptando en sectores turísticos. ¿Será el bitcoin una opción viable para reducir la tasa de pobreza e incrementar el turismo? ¿Qué desventajas cabe destacar?

R. Lo normal es que veamos tomar este tipo de decisiones a cada vez más países, sobre todo aquellos que, desde el punto de vista macroeconómico, tengan un margen de ganancia importante. La República Centroafricana ha optado también por adoptar el bitcoin como moneda oficial, aunque su caso es todavía más complicado considerando la escasa adopción de internet entre su población. Lo que pretenden los gobernantes que toman esas decisiones es apalancar sus ingresos en una criptomoneda que muchos esperan que incremente su valor por un factor muy elevado, que podría superar uno o dos órdenes de magnitud en el futuro. Si tu economía, aunque sea originalmente débil, se capitaliza en bitcoins cuando el proceso de descubrimiento de valor aún tiene mucho recorrido, tienes la oportunidad de obtener rendimientos muy importantes. Por otro lado, hablamos de unas criptomonedas cada vez más introducidas en la economía regular, que forman parte ya de las reservas de muchas compañías, que siguen los estándares KYC (Know Your Customer) en las compañías que intermedian transacciones, y que funcionan no solo como reserva de valor, sino también como escudo anti-inflación.

P. ¿Qué pasa si los locales no saben cómo utilizarla o no saben sobre sus posibles consecuencias? ¿Cuáles son las desventajas?

R. El uso de una criptomoneda es enormemente sencillo de entender, la tecnología implicada no tiene demasiadas barreras de entrada, y lo único que hace falta para entender su uso es ver en ello una buena propuesta de valor. En este momento, el mercado de criptomonedas está pasando por una fase bajista, pero veremos lo que ocurre cuando los ciudadanos de estos países se encuentren, como ha ocurrido durante las numerosas fases alcistas anteriores, con que su dinero multiplica su valor de manera consistente. Las desventajas, obviamente, tienen que ver con la escasa capacidad de ahorro del ciudadano medio en algunos de estos países, lo que puede llevar a no poder aprovechar esos esperables incrementos de valor. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el uso de bitcoin supone un acceso de la población a medios digitales, y esto, en algunos de los países que lo están llevando a cabo, no puede darse por sentado.

P. Además, hay personas de estos países que señalan que el Bitcoin puede reemplazar las remesas. ¿Qué opinas al respecto? ¿Cuáles son las desventajas?

R. El bitcoin es indudablemente un mecanismo sencillo y eficiente para el movimiento de capitales, y decididamente mucho más eficiente que las remesas. De hecho, el El Salvador está siendo uno de los efectos que más rápidamente se han dejado sentir. Cuando pensamos en los posibles problemas del bitcoin, deberíamos tener en cuenta que es un actor destinado a sustituir a un sistema monetario internacional que es particularmente costoso e ineficiente, y cuyo uso genera una enorme cantidad de fricción y de gastos. Alfabetizar a la población de un país en el uso de las criptomonedas es algo que puede tener efectos muy positivos para su competitividad en el futuro.

P. ¿Algún comentario que quieras añadir relevante para la audiencia internacional?

R. En el contexto internacional, lo que algunos países están intentando hacer es tratar de ser a la vez causa y efecto: si más países adoptan el bitcoin como moneda oficial, el valor del bitcoin debería incrementarse, y eso tendería a capitalizar a esos países que se convirtieron en first movers. Por otro lado, con muchas de las compañías más importantes del mundo, con los grandes bancos y con muchos otros actores significativos en el panorama económico ya posicionados en su uso, aunque sea por el momento como reserva de valor, y con más del 90% de los bitcoins ya producidos, podemos considerar que la mayor parte del riesgo implícito en el bitcoin se ha disipado ya.

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