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Más eléctricos que diesel

IMAGE: Gerd Altmann - Pixabay (CC0)

Las cifras de ventas de automóviles del pasado mes de diciembre en la Unión Europea ofrecen un panorama muy interesante: por primera vez en la historia, las ventas de vehículos alimentados únicamente mediante baterías supera a la de vehículos diesel.

Un hito importante en la descarbonización del transporte, fundamental de cara al cumplimiento de los Acuerdos de París: los vehículos eléctricos no son la solución para lograr esos objetivos, pero sí una parte de ella, y sobre todo, una de las que claramente dependen de las decisiones individuales de los ciudadanos.

Durante diciembre de 2021, se vendieron en Europa un total aproximado de 176,000 vehículos eléctricos, un 20% del total, lo que supone un incremento de un 6% sobre diciembre de 2020. Las ventas de vehículos diesel durante ese mismo período se quedaron en torno a las 160,000 unidades. Cuando saltó el dieselgate de Volkswagen en septiembre del año 2015, en torno al 50% de las ventas de automóviles en la Unión Europea correspondían a vehículos diesel.

Dentro de las cifras mundiales, Noruega se destaca como el país con mayor participación de mercado de los vehículos eléctricos con un 82.7% de las ventas de nuevos vehículos correspondientes a esta categoría, seguida de Islandia (55.6%), Suecia (39.9%) o Finlandia (28.3%). España (4.8%) es uno de los países con valores más bajos de la Unión Europea, reflejando la ausencia de educación del mercado en este sentido, la ambigüedad de unas políticas gubernamentales que siguen incentivando la adquisición de vehículos de combustión, y la falta de infraestructuras dedicadas a la recarga.

El 2022 va a ser un año clave para la industria de la automoción. Para National Geographic, que dibuja una interesante gráfica con las previsiones de la transición en los diferentes mercados mundiales en los próximos veinte años, hablamos ya claramente del futuro de la industria, y las compañías que no sepan moverse en él, se arriesgarán a la más absoluta irrelevancia. Es el momento de dejarse de concept cars, de anuncios y de proyectos, o de engañar al mercado con híbridos variados supuestamente ecológicos que no lo son, y empezar a poner vehículos realmente eléctricos en el mercado como si no hubiera un mañana. Para los gobiernos, es también necesario poner en la agenda una descarbonización más ambiciosa: marcar fechas para que aquellos vehículos con unos niveles de emisiones determinados dejen de poder circular, cerrar los centros de las ciudades a los vehículos de combustión para crear zonas de bajas emisiones, y descarbonizar el transporte urbano, tanto autobuses como flotas de taxis, de VTCs y de vehículos de reparto logístico.

Estamos ante un año clave en la descarbonización del transporte. Esperemos que todos seamos capaces de desarrollar la madurez suficiente como para entenderlo así.

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