

Un nuevo artículo en Fast Company, «‘Zoom towns’ are exploding in the West«, da cuenta de significativos movimientos migratorios entre las grandes ciudades del oeste de los Estados Unidos, y las pequeñas localidades cercanas o no tan cercanas en zonas tranquilas que típicamente dan servicio a sitios turísticos, estaciones de esquí o parques naturales, las llamadas gateway communities.
El nombre del fenómeno, zoomtowns, hace referencia a las llamadas boomtowns, ciudades que emergen espontáneamente o que crecen de manera muy rápida debido, típicamente, a circunstancias como el descubrimiento de un recurso en sus inmediaciones, la construcción de una gran obra pública, o fenómenos similares. En este caso, el crecimiento de estas áreas se debería al impacto de la pandemia sobre los hábitos de trabajo, y particularmente a la posibilidad de trabajar desde casa y desde cualquier lugar con una conexión a internet de velocidad razonable.
El movimiento de estratos de la población que pueden permitírselo debido a sus recursos o al hecho de trabajar en compañías que han establecido políticas de trabajo desde casa a largo plazo genera sobre las comunidades de acogida un nivel de estrés importante debido a la gentrificación: las ciudades, generalmente pequeñas, carecen en muchos casos de servicios e infraestructuras planificadas para abastecer la nueva demanda creciente, los precios de las propiedades se elevan rápidamente, y muchas de las personas que tradicionalmente vivían en ellas, en muchos casos dando servicio a atracciones turísticas cercanas, se ven prácticamente expulsadas debido al incremento de los precios, con lo que se ven condenados a alejarse de los lugares en los que trabajan.
En torno al 60% de los trabajadores norteamericanos está ahora mismo teletrabajando con acuerdos totales o parciales, y en muchos casos con previsión de seguir teniendo la posibilidad de hacerlo durante bastante tiempo o de manera ilimitada. Por un lado, la evidencia de que, incluso aunque la pandemia remita, el virus va a estar entre nosotros durante mucho tiempo en reservorios naturales creados por negacionistas de las vacunas o por migraciones desde lugares a las que estas no lleguen fácilmente. Por otro, las pruebas de que el trabajo remoto funciona y puede optimizarse todavía más a medida que se implantan mejores prácticas y herramientas, por un lado, y que tanto empresas como trabajadores van acostumbrándose y desarrollando mejores modelos y hábitos.
¿Cabe esperar una evolución de este tipo en otros estados o países? La cuestión depende, fundamentalmente, de la volatilidad de los mercados inmobiliarios: áreas en las que predomina el alquiler sobre la propiedad de los inmuebles, como es el caso del norte de California, están habitualmente sujetas a fluctuaciones más rápidas en su movilidad, mientras que otros mercados tienden a ser más conservadores y precisar de unas previsiones y una visibilidad sobre el futuro más amplias para poder tomar una decisión. En cualquier caso, todo parece apuntar a cambios importantes en el futuro, algo que tanto compañías como trabajadores deberían empezar a tener en consideración.