Ingeniería

Los trenes de superficie: unos fantásticos y colosales vehículos creados por el ingenio de R.G. LeTourneau

R.G. LeTourneau (1888-1969) fue un inventor que desarrolló su actividad durante la primera mitad del siglo XX. Dedicó su vida la creación de maquinaria de movimiento de tierras y a vehículos de todo tipo. Pero no eran simplemente excavadoras, volquetes o camiones más o menos grandes. Eran majestuosas bestias mecánicas de más de 100 metros de largo, con decenas de ruedas más grandes y altas que las de los aviones, capaces de trabajar en condiciones extremas de frio y calor.

Calum Gillies, un apasionado del trabajo de LeTourneau encontró mucha información en sus investigaciones que volcó en este fenomenal documental de su canal de YouTube, donde pueden verse tanto en fotos como en viejas películas de blanco y negro y color. Recordemos que estamos hablando de la primera mitad del siglo XX, básicamente a partir de 1930, con los proyectos más ambiciosos viendo la luz en las décadas de los 40, 50 y 60.

La principal característica de estos leviatanes de los terrenos inhóspitos –para los que es difícil incluso encontrar una denominación– era que se parecían a los trenes, pero no necesitaban vías. Por esta razón lo que en inglés se llamó overland trains en castellano podría traducirse como trenes de superficie a falta de algo mejor, para distinguirlo de los camiones articulados más pequeños y menos versátiles. Una o varias unidades, normalmente las cabezas, iban motorizadas, mientras que el resto eran simplemente remolques articulados pero –en cierto modo– un poco «inteligentes» (como se explica más adelante), si se me permite la expresión.

LeTourneau / OverlandTrains.com

¿Para qué se usaban estos vehículos? La idea general era transportar materiales de minería, traer y llevar equipamiento de un lado a otro y en general transportar objetos pesados o de grandes dimensiones a lugares a los que no era posible llegar por carretera, tren, río o mar. Algunos modelos podían escalar pendientes de hasta el 60 por ciento de inclinación; también podían montar ruedas para moverse por las nieves del Ártico o las arenas de los desiertos de América central.

Mientras las máquinas de movimiento de tierras más o menos convencionales que salían de las fábricas de LeTourneau en los años 20, 30 y 40 llegaban a las minas, solares y campos –y se vendían bien– el inventor (que abandonó muy joven la educación formal pues sólo estudió a distancia) ya estaba pensando en nuevos proyectos. Y su imaginación era inagotable. Tal vez el dato no sea muy conocido, pero más o menos el 70 por ciento de la maquinaria especializada que Estados Unidos usó en combate durante la Segunda Guerra mundial eran vehículos de LeTourneau. En 1953 vendería su negocio a Westinghouse. Y a seguir creando.

Maravillas mecánicas

LeTourneau / OverlandTrains.com

Los motores de estos colosos eran una combinación diésel-eléctrica: el motor diésel movía el generador eléctrico que alimentaba cada uno de los motores también eléctricos de las ruedas forma individual. Con ello se conseguía toda la tracción independiente necesaria para cada rueda. Éstas iban equipadas con neumáticos gigantescos y ultra-resistentes de baja presión. El movimiento de estos larguísimos trenes de superficie recordaba a una serpiente y era sumamente ingenioso: la unidad motorizada iba girando por el terreno esquivando obstáculos conducida por los operadores, mientras un sistema marcaba y reproducía las posiciones y giros exactos que habían de hacer el resto de remolques para recorrer exactamente el camino marcado. Tan simple como efectivo.

LeTourneau / OverlandTrains.comLos primeros modelos como el VC-12 (hacia 1955) tenían una cabeza motora de 500 CV y 3 tráilers de 20 toneladas; una segunda versión duplicó su longitud hasta dos máquinas motoras y seis tráilers. Podía transportar 140 toneladas. El VC-22 Sno-Freighter, por otro lado, alcanzaba las 150 toneladas con una sola cabeza motora. El LCC-1, que hizo algunos viajes por Groenlandia, era todavía más grande y versátil, pero acabó abandonado en Alaska tiempo después, donde todavía puede visitarse como curiosidad. Tenía ruedas de 3 metros de diámetro/altura.

Uno de los diseños más espectaculares de LeTourneau era sin duda el del TC-497 Overland Train, Mark II de 1958, con cuatro motores de 1.170 CV, fabricado en aluminio. Eran en total 10 tráilers, 2 cabezas motoras y 54 ruedas; se alargaba eternamente hasta los 170 metros de longitud. Podía transportar 150 toneladas a unos 30 km/h, con una autonomía de unos 600 km. Pero lo mejor es que la unidad de control tenía «todas las comodidades», como quien dice: espacio para seis operadores, incluyendo literas, cocina, cuarto de baño, radio… Y aunque desde lo alto la visibilidad era estupenda también contaba con una pequeña antena de radar móvil a petición del ejército, que lo estaba probando. ¿Quién no soñaría con un viaje por terrenos inhóspitos de la fría Alaska a bordo de este «tren de superficie» sin limitaciones, con su cabina completa y una alegre tripulación?

Se decía que LeTourneau era un inventor capaz de diseñar y calcular en menos tiempo de lo que necesitaba para plasmar sus ideas en forma de dibujos en un papel. No obstante, como otros tantos inventores, no fue capaz de hacer que sus diseños más osados llegaran a ser prácticos ni a producirlos masivamente. Dejando aparte los modelos más pequeños, los más grandes y espectaculares se quedaron en prototipos o en «unidades únicas», y casi nunca se consideraron completos, aunque hicieron viajes a zonas heladas, desiertos y algún que otro «trabajo real» ocasional. Que fueran vehículos únicos y con características tan peculiares los hacía muy difíciles de mantener y reparar. La llegada de los helicópteros de carga de grandes dimensiones a mediados del siglo XX los dejó obsoletos.

En la web de Mark Moore Overland Trains se pueden ver con más detalles algunas de estas máquinas, incluyendo el Tournatrain, el Sno-Train, el VC-12 y el espectacular TC-497 Overland Train, Mark II. El proyecto personal de Mark es publicar un libro sobre estas increíbles máquinas; se puede seguir en Twitter: @overlandtrains.

(¡Gracias, Gali, por la pista!)

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