cuerpoEvoluciónInteligencia Artificialmente

Experimento con criaturas digitales para demostrar la evolución conjunta de la mente y el cuerpo

Experimento con criaturas simuladas de IA para demostrar la evolución conjunta de la mente y el cuerpo

Cuando se habla de inteligencia artificial muchos de nosotros nos referimos a esta como algo abstracto, sin cuerpo físico; solo un programa flotando en el vacío digital.

En el caso de la mente humana, se encuentra vinculada a nuestro cuerpo. Sin embargo, esto también puede ser aplicable a la inteligencia artificial. Esto sugiere que existe la posibilidad que la IA pueda beneficiarse de una configuración mente-cuerpo.

Una manera de comprobarlo fue a través de la ejecución de un experimento con criaturas virtuales a las cuales se les asignó la realización de tareas en entornos simulados.

Los encargados de este proyecto fueron científicos de Stanford quienes llevaron adelante esta investigación gracias a la curiosidad que sentían por la interacción físico-mental implícita en nuestra evolución, generando así la siguiente interrogante ¿Podría ser que el cerebro esté influenciado por las capacidades del cuerpo y viceversa?

En el caso de la IA es difícil determinar este cuestionamiento, tomando en cuenta que su desarrollo es más estructurado ¿Podría una IA aprender y adaptarse mejor al mundo si ha evolucionado para hacerlo desde el principio?

Para comprobar este punto, los científicos diseñaron un experimento donde se configuró un espacio virtual y luego se dejaron caer criaturas simples simuladas llamadas unimales (animales universales).

Cabe mencionar que estos unimales se desarrollaron en diferentes planetas de origen, por así decirlo, con terrenos dominados por colinas onduladas o barreras bajas que debían trepar, mientras que otras solo lo hicieron en terreno plano.

A medida que transcurría el experimento, los unimales empezaron a desarrollar un andar distinto; algunos a trompicones, otros se movían como un lagarto o adoptaban un andar similar al de un pulpo en tierra.

Posteriormente fueron seleccionados los 10 mejores que avanzaron a la siguiente fase donde fueron puestos a competir en la realización de tareas más complejas con el fin de demostrar si su adaptabilidad provenía de la adversidad a la cual se enfrentaban.

En ese sentido, los unimales que adquirieron destreza para caminar por terrenos variables aprendieron a resolver las tareas mucho más rápido que aquellos que provenían de un terreno plano.

A través de estos resultados se abre la puerta a la realización de otros experimentos a gran escala en los cuales sea posible obtener información científica que permita descifrar el modo en que el aprendizaje y la evolución actúan en conjunto para crear relaciones sofisticadas entre la complejidad del entorno, la inteligencia morfológica y la capacidad de aprendizaje de las tareas de control.

Si te ha gustado el contenido Invítanos a un café. ¡Gracias por seguir leyéndonos!


Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button