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Acusaciones de robo de secretos comerciales contra Boeing por el mega-cohete SLS de la NASA

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Una de las compañías aeroespaciales más pequeñas, Wilson Aerospace, ha puesto en jaque al gigante Boeing. La firma con sede en Colorado ha presentado una demanda alegando que Boeing utilizó indebidamente su propiedad intelectual, dando lugar a defectos críticos de seguridad en componentes vitales del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la NASA.

Demandas y alegatos

Según la demanda, Wilson Aerospace trabajó junto con Boeing en el proyecto SLS entre 2014 y 2016, y su colaboración se centró en el diseño de un sistema seguro para la sujeción de motores al cohete. Sin embargo, después de la finalización de su contrato, Boeing presuntamente continuó utilizando la propiedad intelectual de Wilson sin obtener las «instrucciones completas» para la correcta construcción e instalación del sistema.

La herramienta Fluid Fitting Torque Device-3 es el secreto comercial en disputa. Esta herramienta es esencial para unir los cuatro motores principales RS-25 a la etapa central del cohete SLS. Wilson Aerospace sostiene que Boeing produjo versiones de su herramienta que resultaron ser deficientes tanto en calidad como en rendimiento.

Impacto y repercusiones

Las implicaciones de estas acusaciones son enormes, no solo para Boeing y Wilson Aerospace, sino para toda la industria aeroespacial y la NASA. Si se demuestra la infracción de los secretos comerciales, se plantea la posibilidad de que las futuras misiones espaciales estén en peligro debido a las supuestas fallas de seguridad.

Boeing, por su parte, ha negado firmemente las acusaciones, alegando que la demanda está llena de inexactitudes y omisiones. La empresa se ha comprometido a defenderse con vigor en los tribunales.

El SLS, a pesar de las críticas por sus costos y retrasos, es actualmente el cohete operativo más potente del mundo. Sin embargo, este podría ser pronto superado por el sistema de lanzamiento reutilizable Starship de SpaceX. Este escándalo legal no hace sino añadir otra capa de incertidumbre al ya complicado panorama de la exploración espacial.

La demanda de Wilson Aerospace y su resultado podrían servir como precedente para futuras disputas de propiedad intelectual en la industria espacial. Al final del día, más allá de las rivalidades corporativas, el objetivo último debería ser garantizar la seguridad de nuestras misiones espaciales y el progreso de la humanidad hacia las estrellas.


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