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Neutralidad de la red y astroturfing

IMAGE: Artur Skoniecki - Pixabay

A veces la justicia tarda, pero termina llegando. Otras veces, no llega. Cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca en 2016, una de las primeras cosas que hizo fue ejecutar lo que había pactado con el lobby de las telecomunicaciones: sustituyó al presidente de la Federal Communications Commission (FCC) por el impresentable lobbista Ajit Pai, y lanzó una moción para terminar con la neutralidad de la red en los Estados Unidos.

Dado que la moción tenía que ser sometida a un período de consultas público y ofrecerse a los ciudadanos en una página para sus comentarios, las compañías de telecomunicaciones contrataron a varias compañías de social media, LCX Digital Media, Lead ID, LLC. e Ifficient Inc., supuestamente para que buscasen consumidores dispuestos a apoyar el fin de la neutralidad de la red. En su lugar, las tres compañías se dedicaron a fabricar varios millones de comentarios con bots que generaban identidades falsificadas, que inundaron la página web de la FCC durante varios días llegando hasta el punto de hacerla inaccesible, y que convirtieron en imposible la tarea de separar los comentarios genuinos de los falsificados, aunque miles de personas cuyos comentarios aparecían en la página manifestaron no haberlos hecho. Allí había desde comentarios hechos por personas fallecidas, hasta otros hechos por personas que no habían en ningún momento accedido a esa página, pasando por otros simplemente inventados, además de muchísimas duplicaciones.

El resultado fue que las leyes que protegían la neutralidad de la red fueron eliminadas, que las compañías de telecomunicaciones empezaron a hacer lo que les dio la gana con las conexiones a la red, y sobre todo, que los efectos que esas compañías afirmaban que existían – básicamente, que la neutralidad de la red inhibía la inversión en infraestructuras – resultó ser completamente falso: un año después de la eliminación de esas normas, la inversión de las compañías y su calidad de servicio habían disminuido. La conclusión era clara: lo único que querían las compañías de telecomunicaciones era tener libertad para hacer lo que les diera la gana con sus servicios, sin ningún interés en convertirlos en mejores o más competitivos, sino simplemente en poder cobrar más a cada uno de los implicados.

El episodio de la suspensión de la neutralidad de la red por la administración Trump sirvió, en la práctica, para lo que tenía que servir: demostrar fehacientemente que las excusas de las compañías de telecomunicaciones eran tan falsas como los supuestos comentarios que las soportaban, y que si se elimina la protección a la neutralidad de la red, lo que hacen las compañías es, simplemente, invertir menos y dar un servicio de menor calidad.

Sin embargo, faltaba algo: terminar de auditar los comentarios recibidos en la página de la FCC, determinar cuántos de ellos eran falsos, atribuirlos a sus respectivos orígenes, y depurar las correspondientes responsabilidades. Finalmente, LCX Digital Media yLead ID, LLC fueron responsables de un total de 1.5 millones de comentarios cada una, mientras Ifficient Inc. generó más de 840,000. Todo un despliegue de impresentable falsedad que ahora la justicia condena con una ridícula multa de 615,000 dólares, una cantidad absurda por una injerencia en la democracia que terminó con la eliminación de una ley que protegía a los consumidores.

La Fiscal General de Nueva York, Letitia James, ha dicho muy ceremoniosamente que

“Nadie debería tener su identidad cooptada por empresas manipuladoras y utilizada para promover falsamente una agenda privada”.

Sí, sí, empresas manipuladoras. Lo que quieras. Pero la realidad es que las compañías de telecomunicaciones se declaran inocentes porque, supuestamente, «ellas no pidieron que las campañas se hicieran así», y las empresas de social media que lo hicieron pagan una multita de nada que, además, facturarán simplemente como un coste más de la campaña. Y no pasa absolutamente nada: son, simplemente, los más listos de la clase. Cuando te extrañes porque la justicia en la red no se corresponda con lo que debería ser, atribúyelo a este tipo de cosas: penas absurdamente bajas, ausencia de responsabilidades penales o de penas de cárcel, y directivos que se van de rositas tras haber cometido una tropelía y una ofensa a la mismísima democracia que demandaba penas y responsabilidades muy superiores.


This article is also available in English on my Medium page, «What happens when the telecoms operators break the law to end net neutrality? Nothing«

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