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Dime dónde los costes laborales son altos y te diré dónde van a intentar sustituirlos con inteligencia artificial

Me crucé con la noticia de que Praktika ha recibido 32 millones de dólares de inversión. Se trata de una aplicación de aprendizaje de inglés. Avatares que conversan contigo con inteligencia artificial por detrás.

Factura 20 millones al año (anualizados) siendo lo que se denomina un wrapper de los GPT de OpenAI. Ando probándola y no está mal. Sobre todo es un salto enorme respecto a los Duolingos que están basados en texto, aprovechando ese “captar tu intención” que los modelos grandes de lenguaje hacen tan bien.

Corea del Sur tiene 1.012 robots por cada 10.000 trabajadores, mientras que Singapur es el segundo país del mundo con mayor densidad de robots, con 730, según Nikkei. Seúl se toma muy en serio la creación de una “economía K-robot”. Esperan que las ventas de robots de servicio en el país se dupliquen con respecto al año pasado hasta alcanzar los 1.000 millones de dólares en 2026, y el gobierno planea construir unas instalaciones de pruebas de robots por valor de 146 millones de dólares.

¿Qué tienen en común ambos? La mayoría de la gente que quiere aprender inglés está en países más pobres que los de los anglosajones nativos. Resulta, por tanto, muy caro el contratar a alguien para que sea tu profesor.

Corea del Sur es el epítome de la reducción de población, único país en el mundo con una tasa de fertilidad menor a uno. La mano de obra en el país asiático escasea, se está volviendo muy caro contratar un camarero o un sumilier. Hay, por tanto, enormes incentivos a su sustitución por robots.

Alejandro Nieto explicaba hace poco un casi interesante en El Blog Salmón, el de Pollo Campero en California:

Pollo Campero es una cadena de restaurantes de origen guatemalteco que ofrece pollo frito a sus clientes. Y ante la subida de salario mínimo ha hecho un estudio del movimiento de sus empleados, los procesos y pasos de preparación de platos para hacerlo todo más eficiente y más rápido. Su objetivo es seguir expandiéndose y para ello sus restaurantes tienen que poder usar menos personal debido a los salarios mínimos que manejan.

La conclusión ha sido obvia: les han obligado a subir los sueldos y han tenido que mejorar la productividad de sus trabajadores para poder seguir siendo competitivos. Subir sueldos puede dejar en la estacada a muchos negocios, pero los que siguen al pie del cañón se vuelven más eficientes.

No han puesto un robot, pero sí que han innovado en procesos a la búsqueda de ganancias de productividad que les permita reducir las horas de trabajador (más caras ahora), mantentiendo la cantidad de pedidos que pueden servir (de lo que dependen los ingresos). Aquí la presión de costes salariales no ha resultado del puro funcionamiento del mercado sino de la regulación del mismo por parte del estado.

Vuelvo a uno de los temas que más me ha fascinado en años. ¿Por qué la revolución industrial ocurrió en Gran Bretaña en el siglo 18 cuando se daban las condiciones en muchos otros lugares y antes en el tiempo?

Mi marco materialista a la hora de entender el mundo siempre me ha empujado a ser escéptico con las explicaciones culturalistas (“es que los protestantes tenían una ética”, “es que la gente del norte de Europa son más…”) porque tiendo pensar al revés: esa mentalidad y esa cultura son fruto de las condiciones económicas, ecológicas y materiales.

La explicación de Robert Allen me pareció mucho más persuasiva en su momento: la revolución industrial explosionó en su nacimiento en Gran Bretaña debido a que el trabajo era más caro en relación al coste de la energía que en otros países. Se dieron, por tanto, los incentivos para que los empresarios invirtieran en la creación de tecnologías que sustituían mano de obra por máquinas y energía.

Con esta generación de inteligencia artificial me escamó un aspecto desde el principio. Que las valoraciones y expectativas económicas fuesen enormes cuando los empleos a los que parecía que podrían afectar no estuviesen en las industrias más potentes. ¿Servicios para sustituir a un redactor de textos básicos o de anuncios para redes? ¿creación de imágenes de nivel medio/bajo, recursos de diseño?

Hay volumen en esas disciplinas, pero no fue hasta entender que el desarrollo software, la industria audiovisual al completo o la automatización de empleos de cuello blanco están en la diana que me encajó la relación entre inversión y posibles retornos.

Si las empresas de tecnología consiguen mejoras de productividad en estas industrias y son capaces de captar gran parte del valor generado, entonces sí que hay un negocio en la inteligencia artificial a la altura del hype.

Cuando analizamos a qué profesiones va a afectar la inteligencia artificial nos solemos fijar en la tecnología. Es lo que hice en un primer momento para concluir que “si tu profesión es delante de un ordenador todo el tiempo, a quien va a impactar este tsunami es a ti”. Era un análisis incompleto, claro.

Me faltaba añadir mi forma materialista de entender el mundo. La IA se adoptará sobre todo en las tareas que no queremos hacer (y ponemos un precio muy alto por ello, pocos abiertos a dedicarse), en las que pocos pueden hacer (en relación a la demanda, pueden poner precio alto) y en las que la demografía y la regulación consigan que haya pocos con la posibilidad de hacer.

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