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Lo verdaderamente importante del Tesla Investor Day

IMAGE: Tesla

Vaya por delante que no soy inversor en Tesla – o a lo mejor sí, no lo sé. Desde hace ya mucho tiempo gestiono mis inversiones en un fondo indexado, no solo porque me parece la mejor manera de obtener una rentabilidad consistente a largo plazo (ya sabes: nadie gana al mercado), sino porque, además, me evita tener que estar haciendo disclosure de si invierto o no en aquellas compañías sobre las que escribo.

Por tanto, no voy a escribir sobre si el Tesla Investor Day de 2023 ha sido bueno o malo para la compañía, sobre si las acciones han subido o bajado, o sobre si faltó concreción en los objetivos especificados. Las reacciones de los analistas, francamente, me aburren, sobre todo porque niego a la inmensa mayoría de los analistas la capacidad intelectual suficiente como para entender la magnitud de lo presentado. Si quieres verlo por ti mismo, te recomiendo un vídeo condensado del evento, del cual me parece relevante únicamente el primer tercio, desde el principio hasta el minuto 14:20. Pero ese cuarto de hora escaso sí que te recomiendo de verdad verlo, y no precisamente porque Elon Musk sea un buen orador, porque de hecho, es malísimo.

Lo recomiendo porque encapsula en quince minutos varias de las grandes verdades que resulta fundamental entender para visualizar claramente la apuesta por la transición energética que nos va a salvar como especie, la que con total seguridad va a ocurrir nos pongamos como nos pongamos, simplemente por una simple cuestión de eficiencia y de mercado. Una serie de verdades impepinables sobre las que la compañía ha prometido un white paper detallado, pero que en realidad no es necesario más que como curiosidad científica y para ver los detalles de los supuestos que han tomado para sus números.

Pero tanto números como hipótesis son, en la práctica, innecesarios, porque hablamos de algo tan simple como las leyes de la Física. Cosas que llevo explicando años en mis clases, y que ahora tenemos desgranadas en una presentación (mala, pero presentación al fin y al cabo… ya me encargaré de mejorarla yo 🙂 Por ahora, te lo pongo en lista de puntos para que la digieras fácilmente. Pero recuerda: ninguno de esos puntos es discutible, ni interpretable: es lo que hay.

  1. Primer punto y fundamental: hay posibilidad de generar suficiente energía en el planeta como para soportar ya no la actual civilización humana de ocho mil millones de personas, sino incluso una con un crecimiento mucho más elevado. Podemos disentir sobre si es malo o bueno crecer, pero se podría, hipotéticamente, crecer mucho más de manera sostenible en este planeta
  2. Por supuesto, eso supone movernos de nuestro modelo energético actual, absurdamente sucio e ineficiente y en el que el 80% de la energía viene de combustibles fósiles, a otro radicalmente diferente.
  3. ¿Por qué nuestro modelo actual es sucio e ineficiente? Muy sencillo: porque se basa en quemar cosas, en la combustión. Y como bien sabemos y no puede ser de manera alguna puesto en duda, la combustión es un desastre energéticamente hablando. Solo un tercio de la energía termina siendo aprovechada como alguna fuente útil de movimiento o de calor, y los dos tercios restantes se desaprovechan.
  4. Esta es una de las verdades más importante que hay que entender por encima de todo, y es purqa Termodinámica: en tu coche de combustión, únicamente el 20% de la energía de la gasolina se convierte en el movimiento que quieres conseguir. El resto se desperdicia como calor, completamente inútil. Y a eso habría que añadir la energía necesaria para extraer el petróleo del subsuelo, refinarlo, convertirlo en gasoil o gasolina, y enviarlo por medio mundo.
  5. En una central térmica o en un alto horno, la ecuación es diferente, pero aún así, se sigue desperdiciando mucha energía – además, por supuesto, de generar las emisiones que nos han traído al problema actual. Es la gran diferencia entre una economía basada en la combustión frente a una economía basada en la electricidad.
  6. Todo el que asuma que ante un cambio de modelo energético de cara a la descarbonización vamos a necesitar la misma cantidad de energía, se equivoca. Vamos a necesitar mucha menos. Suena contraintuitivo, lo sé: la gente piensa que si todos conducimos vehículos eléctricos, hará falta mucha más energía… pues bien, no es cierto. Es una cuestión de eficiencia: la electricidad es muchísimo más eficiente que el quemar combustibles fósiles. De hecho, la energía total necesaria para una civilización basada en energías renovables sería aproximadamente la mitad, y eso con una hipótesis muy conservadora. La. Mitad. Grábatelo bien.
  7. La construcción de las infraestructuras de renovables necesarias para abastecer completamente las necesidad de energía de nuestro planeta, incluyendo las baterías necesarias para cuando el sol no brilla o el viento no sopla, se está llevando a cabo ya por gobiernos de todo el mundo. Lo están haciendo ya no porque Elon lo diga, sino porque saben que es la energía más barata, limpia y razonable. Estamos viendo crecimientos del 60% de año a año en algunos países, y van a llegar a tiempo. A tiempo para que lo veas tú, no tus hijos ni tus nietos. Salvo que te mueras muy rápido, vas a poder ver un mundo movido casi íntegramente por energías renovables. Repítelo despacio, porque no es el mensaje que has recibido habitualmente. Pero es así, y lo es porque el mercado y los costes mandan.
  8. La inversión en granjas solares, parques eólicos y baterías necesaria para abastecernos de toda la energía que necesitamos, fuertemente sobredimensionada, es equivalente a unos diez billones de dólares. Aproximadamente el 10% del PIB mundial. Si distribuyes esa inversión a lo largo de diez años, estamos hablando de 1% anual del PIB mundial. Pero la cuestión no es si lo vamos a hacer o no: es que lo estamos haciendo ya. Será culpa de Putin, del miedo o del precio del gas, pero ya está pasando.
  9. ¿Cuánta superficie se necesita para tantos paneles solares y aerogeneradores? Pues únicamente un 0.2% de la superficie mundial. No es poco, pero es perfectamente factible, y sobre todo, mucho menos de lo que ocupan las infraestructuras actuales de generación en la economía de la combustión. De nuevo: eficiencia, la palabra clave. Que no, que la electricidad no es una religión, ni nos ha afectado el furor del neoconverso: es pura termodinámica. Si no lo entiendes, estudia.
  10. ¿Y de dónde sacamos los minerales, el litio, las tierras raras y todo eso? Pues fíjate: para todo lo que necesitamos, nos hará falta menos minería de la que utilizamos actualmente. Menos, no más. Y hay recursos suficientes. De hecho, los hay de sobra. En realidad, cuanto más los buscamos, más aparecen y más nos damos cuenta de lo erróneas que eran las previsiones de hace años. Podrás leer lo que quieras sobre la «terrible escasez» de muchas cosas, pero… son mentira. Y mentira sucia e interesada, además.
  11. ¿Qé hay que hacer? Pues aplicar esto a las cinco áreas que más energía utilizan.
    • Uno, la propia generación de energía: paneles solares, aerogeneradores y baterías.
    • Dos, la automoción: coches eléctricos, cuatro veces más eficientes – con todos los posibles factores incluidos.
    • Tres, la calefacción: bombas de calor.
    • Cuatro, usos industriales, incluyendo el uso de hidrógeno verde
    • Quinto, combustibles sostenibles para grandes barcos y aviones transoceánicos, al menos mientras la densidad de las baterías aún no haga práctico su uso (una sustitución que terminará ocurriendo)
  12. Se puede hacer. Y de hecho, se está haciendo. La razón por la que la dialéctica sobre la emergencia climática está empezando a cambiar es precisamente esa: la constatación de que la economía que sustituye a la de los combustibles fósiles es muchísimo más eficiente, y por tanto, se puede construir con muchos menos recursos. Algo que los países que lo han entendido están ya haciendo mediante todo tipo de incentivos, pero también mediante inversión de quienes entienden que eso supone una ventaja económica.

El resto de la presentación hasta el minuto 14:20 son explicaciones más detalladas (muy poco más detalladas, porque es una presentación, no una tesis doctoral) sobre esos puntos. Y a partir de ahñi, «cosas de Tesla», que te interesarán más o menos, sobre cómo aplica sus economías de escala, cómo gana en eficiencia o cómo pretende rebajar sus costes para fabricar modelos más baratos (de los que no da ningún detalle, no pierdas el tiempo).

Pero esa parte, de verdad, vale la pena. Porque es real, porque está basada en argumentos tan sólidos y tan fuera de dudas como la Física, y porque nada, ninguna otra cosa que se te ocurra, va a ser más relevante para tu futuro. Y para el de todos. En serio: no se trata de venderte nada, y mucho menos un Tesla. Se trata de que entiendas el porqué del entusiasmo que algunos tenemos con ese proyecto desde hace mucho tiempo, y por qué, por bien o mal (o fatal) que te pueda caer Elon Musk… tiene razón en lo que dice.

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