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Experimentos de hackers con Airtags y el correo postal: cómo viajan las cartas y otras curiosidades

Alex cuenta en su canal de YouTube AirtagAlex algunos de sus experimentos con los Airtags de Apple, esos pequeños dispositivos de rastreo que resultan útiles para encontrar las llaves, la mochila o el bolso. Como buen hacker, se puso a explorar cómo funcionaban y decidió llevarlos al límite usándolos como rastreadores para ver por dónde viaja el correo postal en el MundoReal™. Algo tan inútil como fascinante e instructivo.

La fórmula que utilizó es sencilla: meter un Airtag en un sobre y enviárselo a sí mismo, utilizando su Mac para ir capturando cada dos minutos la posición del Airtag sobre el mapa. Esto le permitía ver en tiempo-casi-real por dónde andaba el Airtag hasta que volvió con él cual perrillo fiel. El vídeo cuenta el paso-a-paso; el montaje final muestra capturas de los mapas y los edificios y lugares por los que viajó: el buzón, la calle por la que circuló el camión de correos, la oficina postal, el centro de clasificación… y de vuelta a casa. Curiosamente, recorrió casi 120 km para un viaje desde un buzón que estaba a 500 metros.

Hay que tener en cuenta que la posición de los Airtags viajeros es siempre aproximada: pare empezar, depende de que haya otro iPhone cerca que pueda reenviar la posición GPSs, sin dar más información sobre ese teléfono, que simplemente actúa como «relé anónimo tonto». Esto puede suceder frecuentemente si es un sitio transitado o simplemente no suceder si no hay nadie con un iPhone cerca o no está activado el Bluetooth, el GPS o cualquier otra razón. Tampoco es fácil hacer la «consulta directa» sobre la posición mediante software; de hecho el método de Alex consistió en algo tan rústico como efectivo como fue hacer capturas de pantalla de la app Buscar esperando un tiempo para que se fueran refrescando los datos.

Tras el primer y exitoso experimento Alex ha comenzado una aventura más ambiciosa con la que pretende ver dar la vuelta al mundo a un Airtag, de Este a Oeste. Para ello cuenta con gente que se ofrece voluntaria en diversos lugares. De momento ha saltado de los Países Bajos donde él vive a Bournemouth, al sur de Inglaterra. De ahí viajará a Canadá y más allá. La ruta muestra cómo el Airtag viajero ha pasado ya por oficinas postales, aeropuertos e incluso en qué lugares parece haber largas cintas transportadoras. Otra información curiosa es dónde pasan la noche los envíos, que a veces parecen reconocerse las cintas transportadoras de las oficinas y cómo algunos camiones de reparto parecen detenerse en estaciones de servicio de la carretera, quizá para alguna gestión o simplemente porque el cartero se toma un café.

Airtag / AppleParece que a Apple no le gusta mucho lo de llamar a los Airtags dispositivos de rastreo –que es como los denominan en la Wikipedia– pero lo cierto es que pueden usarse para algo parecido… aunque conviene no hacerse tampoco muchas ilusiones porque no es para lo que están diseñados. Para evitar que se usen para rastrear a personas de forma «encubierta» los Airtag emiten un sonido de localización y se hacen «visibles» en los iPhone de quienes están cerca si pasan demasiado tiempo junto a ellos: 72 horas (sin embargo esto no alerta a los móviles Android). Alex tiene otro vídeo hackeril relacionado explicando cómo inutilizar el altavoz quitando un imán del interior del dispositivo, lo cual estropea un poco el Airtag y anula su garantía, claro, pero… ¡todo sea por la experimentación!

El hecho de que los Airtag emitan ruidos y se hagan «visibles» vía Bluetooth para otros teléfonos pasado un periodo prudencial previene su uso para fines maléficos. Pero la gente sigue explorando sus posibilidades semanas después de su lanzamiento: qué alcance tienen cuando se pierden en casa, cómo de fácil es ubicarlos con la «brújula mágica», cuán precisa es la localización o si sirven para encontrar el coche o pasear con el perro por el campo, cosa que yo no haría porque sería raro que hubiera otros teléfonos cerca para avisar de dónde está si se pierde. De hecho en la familia tenemos los Airtags desde que se pusieron a la venta y –seguramente más por suerte que por desgracia– todavía no hemos tendido que usarlos… porque no hemos perdido nada (!) Bendita suerte.

# Enlace Permanente

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