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El retorno a España de Google News

IMAGE: E. Dans (CC BY)

El servicio de agregación de noticias de Google, Google News, vuelve a España tras nada menos que ocho años de ausencia debidos a la posición estúpida del gobierno de Mariano Rajoy en 2014 combinada con las cerriles exigencias de los medios tradicionales. La noticia es esencialmente buena, porque el que España fuese uno de los únicos países democráticos del mundo en el que Google News no estaba presente era, cuando menos, una situación extraña.

¿Qué pasó en el año 2014? Un gobierno obsesionado con su imagen en los medios tradicionales y con un concepto completamente anacrónico de la propiedad intelectual decidió impulsar una especie de impuesto absurdo, el llamado Canon AEDE, que daba lugar a un supuesto «derecho irrenunciable» de los editores de prensa a cobrar por sus noticias, y obligaba a la gestión colectiva de ese derecho.

La decisión era simplemente un «los periódicos tradicionales son una panda de torpes que no paran de perder dinero porque no entienden internet, pero Google gana mucho, así que quitémosle un poco y se lo damos a los medios, que así de paso nos lo pagarán con buena prensa», obligaba a Google a pagar un canon por enlazar a las noticias en Google News, lo cual creaba un problema doble: por un lado, imponía a Google la obligación de pagar por un producto carente de publicidad y que no generaba ingreso alguno, sino que se producía como un servicio de agregación para el usuario. Por otro, pretendía consagrar un supuesto derecho a cobrar por ser enlazado, algo inimaginable en una internet en la que, por lo general, siempre habías agradecido que te enlazasen. Si Google decía sí, el riesgo era que, posteriormente, los codiciosos editores de los medios tradicionales pretendiesen que cualquiera les pagase por enlazar a sus noticias, algo tan absurdo como que cada vez que comentas una noticia de un periódico en un bar, apareciese el inspector correspondiente a imponerte un canon.

El miércoles 17 de septiembre de 2014, el tristemente desaparecido Francisco Ruiz Antón, entonces Senior Manager de Políticas Públicas y Asuntos Institucionales en Google, convocó una cena en El Mentidero de la Villa, en la madrileña calle Almagro 20, en la que estarían uno de los grandes gurús de los medios en internet, Richard Gingras, actualmente VP de Noticias en Google, con su lugarteniente en Europa, Madhav Chinnappa, y con unos cuantos editores de medios digitales, periodistas y bloggers entre los que me encontraba yo. Durante la cena, se habló mucho de la situación, y se terminó discutiendo una opción que bauticé yo mismo, la «thermonuclear option», que consistía precisamente en cerrar Google News en España como respuesta a las absurdas pretensiones del gobierno.

Básicamente, era la forma evidente de demostrar que cuando alguien – Soraya Sáenz de Santamaría – tensaba la cuerda creyendo que lo tenía todo controlado, la cuerda terminaba rompiéndose. Para Google, la opción era una exageración y algo que no habían hecho jamás, pero los asistentes reclamábamos que su postura era mucho más que una forma de defenderse de un impuesto injusto: era una defensa de la naturaleza de internet, y contra que un gobierno pretendiese imponer un pago por enlazar. Finalmente, sin embargo, Google, en un post del propio Richard Gingras, terminó anunciando su salida de España.

Ahora, ocho años después, la transposición de la Directiva Europea de Propiedad Intelectual, sin duda una ley enormemente mejorable, consigue al menos terminar con el demencial Canon AEDE, una medida que los editores de medios tradicionales pretendían que recaudase en torno a unos ochenta millones de euros al año, y que no ha llegado a ingresar, a lo largo de toda su triste existencia, ni diez mil euros anuales. Un absurdo existencial, que demuestra que pretender adaptar internet a la propiedad intelectual y a las ambiciones de unos pocos anacrónicos personajes es simplemente demencial.

Bajo la nueva situación, Google podrá negociar con cada medio si quiere incluirlos en Google News, y a cambio de qué contrapartidas lo hace: habrá, lógicamente, muchos que simplemente querrán ser incluidos para obtener más tráfico. Otros negociarán y tratarán de obtener contrapartidas económicas a cambio, algo que Google presuntamente contemplará en cada caso y decidirá en función del mix de medios que pretenda ofrecer en su servicio.

Ocho años después, los editores de la mayoría de los medios que entonces exigían a los medios que exprimiese a Google para complementar sus ingresos (y presuntamente a cambio de un mejor tratamiento informativo) ya no están en sus puestos, y varios de ellos se han arrastrado miserablemente ante la compañía para obtener fondos dedicados a proyectos de modernización de su actividad en el marco de la Digital News Initiative. Aquel presidente y su ministra de Presidencia que pretendieron comprar a los medios con el dinero de otros ya no están en política. Y Google News vuelve a España.

Así se escribe la historia.

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