Madrugar es el pan de cada día de millones de personas. Para ir a trabajar, a la universidad o para una hora de gimnasio antes de arrancar. Da igual si te has acostado tarde (a la española) o no: los gurús de la productividad insisten en que aprovechar el día implica levantarse mucho antes. ¿Es tan buena idea? Parece que sí, al menos para el CEO de Apple. Pero esta fórmula no es para todo el mundo
Es algo que se ha dicho durante años: la rutina de Tim Cook es extrema: “He descansado un poco más para el evento de hoy. He dormido hasta las 4:30“, bromeaba Tim Cook en X hace años. Al parecer, lo de madrugar en su caso está tan normalizado que raro es el día que no salta de la cama tras las 4:00 de la mañana. Porque es evidente que madrugar ofrece ventajas y más para un rol de responsabilidad como en suyo.
A él le sirven para concentrarse mejor: “Puedo gestionar la mañana mejor que la tarde y el resto del día. A lo largo del día ocurren cosas que te sacan de tus casillas“, decía para The Australian Financial Review.
Tim Cook madruga porque quiere y porque puede
Por supuesto, de nada sirve madrugar si no viene precedido de un sueño de calidad, profundo y reparador. Los expertos son claros en esto: nuestra salud depende de ello. Y un sueño de calidad solo se consigue si respetas ciertas rutinas, te alimentas de forma saludable y te proteges de estímulos fuertes —y nos nos referimos a “luz azul“— ante las últimas horas antes de irte a la cama. Los horarios españoles no ayudan, claro.
El problema es que cada cuerpo es un mundo. Al parecer, cada persona tiene un cronotipo único. Dicho de otro modo: su reloj interno, sus ciclos circadianos, no son compartidos con los demás. Sí están, por contra, influidos por nuestros genes. Nuestra genética posee más fuerza de la que imaginamos: si en el hogar nadie tuvo nunca hábito de madrugar tal vez sea porque siempre ha costado a las personas con cierto cronotipo. Y romper con ello, y además polarizar hacia los beneficios que ofrece, es complicado.
Madrugar es parte de otros hábitos
Tim Cook siempre ha defendido madrugar: “La mañana es tuya. O debería decir, la madrugada es tuya”. Y lo dice una persona que gobierna sobre sus necesidades apenas un par de horas al día, cuando se centra en sus entrenos de fuerza, después se ducha, toma un café con un desayuno suave y comienza su rutina laboral cuando el resto del mundo aún está desperezándose o directamente despertando.
La revista Nature Communications avala sus hábitos: la clave para madrugar más y mejor está en esa suma de sueño, ejercicio y desayuno. Tres factores que determinan con qué facilidad te puedes levantar tras unas horas pegado a las sábanas. Por supuesto, no todo el mundo puede concederse este lujo. Lo decía Russell Foster, director del Instituto del Sueño y Neurociencia Circadiana en la Universidad de Oxford. Si trabajas en turnos rotativos y estás expuesto a una vigilia forzada, difícilmente consolidarás estos hábitos.
Por supuesto, madrugar también tiene consecuencias negativas: adicción a la cafeína están entre las más comunes, además de obligarse a acostarse pronto y heredar esa rutina en fines de semana, cuando querrías descansar más y romper con los hábitos laborales. Como fuera, yo envidio la buena predisposición del CEO de Apple y tengo claro que parte de su lucidez proviene de esos madrugones. Pero levantarse a las 4 am me sigue pareciendo entre inalcanzable e innecesario.
Imagen de cabecera | Miriam Alonso
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La noticia Los gurús de la productividad insisten en que nos levantemos a las cinco. Tim Cook está de acuerdo pero la ciencia no lo tiene tan claro fue publicada originalmente en Applesfera por Isra Fdez .
