Un par de minutos para echar un vistazo al telar de Jacquard, el tátara-tátara-tárarabuelo de los telares modernos que guardan en una de las exposiciones del Museo Henry Ford de Innovación, que tiene una entretenida página web.
Como ya hemos comentado por aquí con motivo de algún vídeo similar, hacia 1801-1803 este inventor y comerciante de telares francés inventó un sistema de automatización del telar para que los hilos, como pueden verse en el vídeo, dibujaran complicados patrones. Pero lo mejor es que la «programación» del telar podía intercambiarse; las ristras de tarjetas perforadas iban unidas por hilos y se podían guardar, duplicar y todo lo que hiciera falta. Si esta forma de almacenar el «software» de la época recuerda un poco a los primeros ordenadores de mediados del siglo XX, será por algo.
De este modo, con tarjetas de cartón con agujeros, ganchos metálicos para leer los dibujos y realizar los movimientos se podían manejar cientos de hilos sin demasiadas complicaciones. Todo ello antes de que la electricidad llegara o Chales Babbage comenzara a trabajar en sus máquinas diferenciales.
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