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Después de la tempestad… ¿viene la calma?

IMAGE: photo by Steve Jennings/Getty Images for TechCrunch

Mi columna en Invertia de esta semana se titula «La IA, los accels y los decels» (pdf), y es un intento de explicar toda la telenovela acaecida en OpenAI a lo largo de la semana, y encuadrarla dentro de las colisiones entre distintas culturas que están teniendo lugar.

Finalmente, Sam is back. Varios días de conversaciones, varias personas desaparecidas del Consejo, un par de ellas más incorporadas en su lugar, y el convencimiento de que es mejor dejar a los científicos que se dediquen a la ciencia y se mantengan alejados del management.

Vamos por partes: Sam Altman y Greg Brockman se reincorporan a sus puestos como si nada hubiera ocurrido. El bueno de Adam D’Angelo se queda en el Consejo para dar continuidad al Consejo anterior (y porque fue el único que supo reaccionar adecuadamente), desaparecen Tasha McCauley y Helen Toner, y el que aparentemente empezó todo el lío para después arrepentirse, Ilya Sutskever, abandona el consejo pero continúa trabajando en la compañía. Es decir, déjame aquí a Adam, que sabe cómo funciona un Consejo y qué se espera de el, envía a Ilya de vuelta al laboratorio y adviértele de que no vuelva a tomar una decisión de management en lo que le quede de vida, y quítame a Tasha y a Helen por haber puesto sus lealtades en el lado equivocado.

Además, se incorporan al consejo dos perfiles muy relevantes: por un lado, Bret Taylor, una de las personas con más experiencia en Silicon Valley (fundador en FriendFeed, y puestos de altísimo nivel en Facebook/Meta y en Salesforce). Y por otro, Lawrence Summers, uno de los economistas más relevantes (ex-Secretario del Tesoro bajo la presidencia de Bill Clinton, Director del Consejo Nacional de Economía de los Estados Unidos, y Economista Jefe del Banco Mundial) y también, posiblemente, más peligrosos por su inveterada tendencia hacia el laissez faire. Es un creyente en la importancia de la inteligencia artificial en el futuro, pero si hace lo mismo que hizo en la crisis económica de 2008, acabaremos con Skynet tomando el control del mundo entero y con legiones de Terminators viajando desde el futuro y apareciendo por los lugares más insospechados…

Al final, lo que dije en su momento: el más listo de la clase sigue siendo un Satya Nadella que supo cubrir todas sus bases, y hacerlo además con una agilidad muy poco habitual en compañías de ese tamaño: primero tranquilizó a OpenAI, de la que posee un 49% e inversiones comprometidas muy importantes para asegurar la competencia de Microsoft en inteligencia artificial y la incorporación de sus prestaciones en todos sus productos, después ató a Sam y Greg para que no se fueran muy lejos y se aseguró de que no se lanzasen a crear otra compañía (lo que habría significado seguramente tener que volver a tomar una cara posición inversora en ella), y finalmente, se congratula porque se mantiene la situación anterior y OpenAI sigue vivita y coleando y dispuesta a cumplir todos sus acuerdos.

Veremos ahora cómo se recupera la calma en OpenAI, cuánto dura ahí un Ilya (i love you all) que, aunque arrepentido, fue quien abrió la caja de los truenos, pero que es una pieza importante en la compañía, y cómo reacciona una Mira Murati que llegó a ser reina por un día (fue CEO interina exactamente veinticuatro horas) pero que rápidamente cambió de lado y supo dejar sus lealtades bien claras. Dudo que esto quede en un simple «vaya semanita», pero seguramente, por el bien de todos, se terminen las luchas internas durante una buena temporada.

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