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Signal, el dinero y el anonimato

IMAGE: Gerd Altmann - Pixabay (CC0)

Un interesante artículo en The Verge, «How Signal is playing with fire«, describe cómo Signal va avanzando en su idea, presentada originalmente a mediados del pasado año tras largas discusiones internas, de proporcionar pagos anónimos entre sus usuarios utilizando una criptomoneda, MobileCoin, orientada específicamente al anonimato transaccional, la facilidad de uso, la optimización de la velocidad de transacción, el bajo impacto ambiental y las bajas comisiones. La mecánica de MobileCoin esta basada en Stellar como mecanismo de establecimiento de consenso y en Monero para la privacidad, y utiliza CryptoNote junto con pruebas de conocimiento cero para ocultar los detalles de las transacciones de sus usuarios.

Ahora, lo que durante algunos meses han sido ensayos de integración se ha convertido ya en una prestación disponible para cualquier usuario: basta con activar la opción de pagos (marcada como beta) en los ajustes de la app, hacerse una cuenta y un monedero en MobileCoin, y automáticamente puedes empezar a enviar dinero a otro usuario, mediante una transacción completamente anónima.

Como proveedor de dinero, MobileCoin cumple con las normas habituales para evitar el lavado de dinero y con el estándar Know Your Customer (KYC), lo que hace que para abrir tu monedero y utilizarlo tengas que pasar por un procedimiento que recopila tu información personal y la valida con Transak mediante un procedimiento rápido en el que debes subir algún tipo de documento de identificación válido a su plataforma. Pero una vez tengas el dinero en tu monedero, lo que hagas con él y a quién se lo envíes dentro de Signal, cuyos mensajes están cifrados de extremo a extremo, es cosa tuya.

Un servicio de este tipo pretende que podamos llevar a cabo transacciones de manera completamente anónima del mismo modo que lo haríamos en metálico, pero obviamente, tiene la posibilidad de convertirse en un método muy atractivo para usos ilegales, e incrementa en gran medida los posibles problemas para Signal y para su defensa del cifrado de extremo a extremo. De hecho, el uso de MobileCoin no está autorizado en los Estados Unidos, lo que impide, por ejemplo, que puedas enviar transacciones a tu monedero mediante servicios situados en ese país como Coinbase.

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Las consecuencias de este tipo de movimientos dependen, lógicamente, de las legislaciones de los distintos países y del nivel de popularidad que alcance su uso. Mientras algunos países no han tomado todavía decisiones al respecto, otros pretenden que los servicios de mensajería se doten de mecanismos para romper el cifrado de extremo a extremo cuando se lo demande la autoridad competente, algo que las aplicaciones en general rechazan. India, por ejemplo, ha intentado establecer una ley en ese sentido, que la plataforma de mensajería más utilizada en el país y que utiliza el mismo algoritmo de cifrado que Signal, WhatsApp, ha denunciado. En la Unión Europea, el balance entre privacidad y trazabilidad está aún en discusión, mientras en los Estados Unidos se mantiene aún en fase pre-legislativa.

Como en todas las ocasiones, la tecnología va por delante de la legislación: si quieres hacer ahora mismo pagos anónimos a otra persona y ambos tenéis cuenta en Signal, la aplicación de mensajería lo permite, y además de manera muy sencilla. Al hacerlo, puedes entender perfectamente las consecuencias del balance entre la facilidad de uso y el anonimato en una funcionalidad que siempre hemos tenido mediante el dinero en metálico, pagar a otra persona de manera completamente anónima, y por otro lado, tratar de evitar usos delictivos como la extorsión, la compraventa de drogas o el intercambio de pornografía infantil, entre otros.

Con su desarrollo, Signal, que esta gestionada por una fundación sin ánimo de lucro creada por su desarrollador, Moxie Marlinspike y por el fundador de WhatsApp Brian Acton, que defiende como propósito específico «el desarrollo de tecnología de privacidad de código abierto que proteja la libertad de expresión y permita una comunicación global segura», no hace más que seguir una línea ya habitual en otras apps de mensajería instantánea. Sin embargo, algunas de esas apps tienen base en China, lo que anula cualquier discusión sobre el anonimato, y utilizan moneda de curso legal o su equivalente en criptomoneda emitida por el estado, y otras, como el intento de WhatsApp de utilizar su propia moneda, ya se han encontrado con importantes resistencias en ese sentido, y han iniciado sus pruebas solo con algunas criptomonedas autorizadas.

Estamos ante una discusión fundamental para el futuro del dinero y para el desarrollo de las reglas de interacción social, y Signal está claramente explorando esa idea y viendo cuáles pueden ser las consecuencias de la misma. Y como en toda discusión, es importante entender sus límites: ¿puede realmente prohibirse o restringirse un medio de pago si su adopción despega y quien lo desarrolla lo hace con ciertas características? ¿Cómo ofrecer un medio de pago anónimo y, al tiempo, tratar de evitar o dificultar usos claramente perniciosos del mismo? ¿Cómo evolucionarán este tipo de mecanismos y su regulación en el futuro?

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