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VinFast: ¿revolución eléctrica, o burbuja vietnamita?

IMAGE: VinFast

VinFast se está convirtiendo en toda una sensación, pero al tiempo, genera también todo tipo de dudas. La compañía vietnamita fundada hace tan solo seis años y que salió a bolsa en el Nasdaq el pasado 15 de agosto, ha alcanzado a pesar de ser desconocida para la mayoría del mundo, una valoración que supera ya la de Ford y GM, y que la convierte nada menos que en la tercera compañía automovilística del mundo tras Tesla y Toyota, después de una revalorización en pocos días de sus acciones que supera ya el 688%.

En este momento, la capitalización bursátil de la compañía con su acción en $82.35 está por encima de los 190,000 millones de dólares, por encima de compañías como Goldman, Disney o Boeing. Pero por otro lado, hay que extremar las precauciones: hablamos de una compañía que, en los Estados Unidos, ha vendido tan solo unos 150 vehículos (en el mundo, en 2022, unos 24,000, prácticamente todos en Vietnam), que jamás ha tenido beneficios (sitúa su expectativa de rentabilidad a finales de 2024), y que negocia en el mercado una cantidad tan pequeña de acciones, en torno a un 1%, que prácticamente cualquier compra es susceptible de modificar de manera significativa su valoración.

¿De qué compañía hablamos? VinFast es propiedad de VinGroup, el mayor conglomerado empresarial en Vietnam, fundado por la persona más rica del país, Phạm Nhật Vượng, un emprendedor billonario formado en Rusia y con su primera compañía fundada en Ucrania. VinFast es una compañía automovilística que estableció su primera fábrica en Vietnam con un prometedor 90% de automatización y cuyos primeros modelos replicaban vehículos antiguos de BMW y GM con grandes motores de combustión. Pero en enero de 2022, la compañía, al ver la evolución del mercado, anunció que abandonaba completamente la tecnología de combustión para pasar a fabricar únicamente vehículos eléctricos, y pasó a definir su misión como «impulsar al mundo a cambiar a vehículos eléctricos».

Desde entonces, y tras relocalizar su compañía en Singapur y salir a bolsa en los Estados Unidos mediante un SPAC en el NASDAQ, la compañía ha recibido varias decenas de miles de peticiones de reserva de vehículos, vendidos sobre todo en Vietnam. En su país de origen ofrece un par de vehículos eléctricos pequeños con modelos con autonomía razonable y con precios muy competitivos para esa gama, el VinFast VF e34 y el VinFast VF 5 (unos 19,500 dólares más una batería por suscripción), y han anunciado tres modelos más que aún no parecen haber comenzado sus envíos a clientes. En el mercado global, que por el momento según su página web, incluye los Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Países Bajos y una categoría «Otros», ofrece cuatro modelos, de los que únicamente el VinFast VF 8 ha comenzado a ser enviado. Además, la compañía fabrica en Vietnam una gama de scooters eléctricos y un modelo de autobús para el transporte urbano.

Resulta enormemente difícil evaluar una compañía que posee una historia tan corta, tan pocos vehículos vendidos y una capitalización tal fulgurante y fuertemente especulativa basada en un SPAC reciente con tan pocas acciones disponibles en el mercado. Poco sabemos sobre la calidad o el acabado de sus vehículos, sobre la satisfacción de sus clientes o sobre su capacidad para llegar a fabricar, como adelanta en sus previsiones, cincuenta mil vehículos durante este año 2023.

Por otro lado, los 24,000 vehículos que la compañía fabricó en 2022 fundamentalmente en el mercado vietnamita son algunos más de los que fabricó la norteamericana Lucid, con una capitalización actual muy inferior de unos 14,000 millones de dólares. Elevar a cualquier fabricante con esos datos y con tan solo un puñado de showrooms en California al rango de tercera empresa automovilística más valiosa del mundo parece, como mínimo, una osadía.

Pero para el mercado, aparentemente, el hecho de que su matriz vietnamita esté fuertemente capitalizada, que el país esté en una fase de fuerte crecimiento económico absorbiendo mucha de la fabricación que antes se desarrollaba en China, que la empresa haya anunciado la construcción de una factoría de cuatro mil millones de dólares en Carolina del Norte que comenzará su producción en 2025, y que esté enfocada al hiperactivo mercado del vehículo eléctrico, con unas fortísimas perspectivas de crecimiento, y que pueden además cubrir el segmento de demanda más económico, parece suponer una perspectiva de inversión interesante.

¿Un nuevo actor en la revolución eléctrica, o una simple burbuja especulativa? Seguramente lo averigüemos en relativamente poco tiempo.

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