aialgorithmartificial intelligenceGeneralgenerativemachine learningSam AltmanworkYann LeCun

La IA y la tormenta de ideas

IMAGE: Mohamed Hassan - Pixabay

Una serie de artículos interesantes y de muy recomendable lectura contribuyen a la enorme tormenta de ideas que se está desarrollando en torno al papel de la inteligencia artificial y la algoritmia generativa en el futuro, e invitan a pensar en algunos de los aspectos más interesantes de este debate.

En primer lugar, la respuesta de Sam Altman en el WSJ Tech Live con respecto al impacto de la inteligencia artificial sobre el futuro de los trabajos, básicamente en la línea del «esto lo hemos visto ya antes» y del «cada cien o ciento cincuenta años, la mitad de los trabajos tal y como los conocíamos desaparecen»: un dialéctica del tipo «lo que importa es la velocidad con la que esto ocurre», porque si el proceso se desarrolla a lo largo de una y dos generaciones, la sociedad lo absorbe perfectamente y sin problemas, mientras que si tiene lugar de manera rápida, es imposible de asimilar.

Resulta sumamente interesante comparar esa visión con la de una referencia como Yann LeCun, que afirma que la inteligencia artificial aún es bastante más tonta que un gato y que nunca representará una amenaza para los seres humanos, y que por tanto, la regulación agresiva de la misma es completa y absolutamente prematura y solo va a generar problemas y a restringir la competencia. La idea de que unas pocas compañías son las que saben y pueden desarrollar esta tecnología de manera responsable es increíblemente pretenciosa y absurda, y regular con ese tipo de puntos de vista sería como tratar de regular a las aerolíneas antes de que se hubiese inventado el avión.

Finalmente, y para cerrar los tres artículos que me han parecido más dignos de lectura en el día de hoy sobre este tema, este de InfoWorld en el que se plantean las diez razones para preocuparnos por la IA generativa, en el que abarca desde el plagio y la ausencia de pensamiento realmente original en las respuestas de los algoritmos, hasta la propiedad intelectual y la atribución de las ideas originales, pasando por el estancamiento intelectual de quienes recurren constantemente a ella, por los sesgos no detectados, por la privacidad y seguridad, o directamente por la estupidez de los algoritmos, particularmente cuando su entrenamiento no les permite contar con la información adecuada en un tema y simplemente alucinan y se lo inventan. No estoy de acuerdo con todas las objeciones, pero decididamente merecen una lectura.

En un momento como este, con la algoritmia generativa prácticamente recién lanzada al mercado en forma de productos que todos podemos probar y tras una evolución de modelos con algunos cientos o miles de parámetros a modelos con miles de millones, parece razonable que surjan ideas y apreciaciones de todo tipo, desde quienes piensan que estamos ante una disrupción brutal que modificará la relación de los seres humanos con el trabajo – y llegue incluso a especular sobre la renta básica incondicional y si es suficiente o no para garantizar una sociedad estable – hasta quienes creen que estamos ante una tecnología a la que le falta aún mucho para llegar a su madurez, que aún no ofrece garantías para la mayoría de los usos que muchos especulan, o que estamos aún por debajo del nivel de inteligencia de un gato. Un momento muy interesante para una tormenta de ideas, para plantear hipótesis, para imaginar aplicaciones que aprovechen sus posibilidades, y para muchas cosas más. Pero francamente, tengo mis dudas sobre que sea el momento adecuado para tratar de regular nada.

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button