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Las malditas prioridades

IMAGE:  Daniel Eledut - Unsplash

Mi columna en Invertia de esta semana se titula «Emergencia climática y prioridades» (pdf), y habla de cómo las sociedades humanas están codificadas para aprovechar las oportunidades y posponer los retos, para orientarse al corto plazo en lugar de al largo, y para seguir haciéndolo pase lo que pase.

Vale la pena echar un vistazo al recién publicado informe de sostenibilidad de Amazon: cien elegantes páginas llenas de buenas intenciones, fotos bonitas y compromisos para convertir la compañía en neutra en emisiones en el año 2040, en el que, en la página 10, se comenta que «con todo nuestro crecimiento en 2021, nuestras emisiones de dióxido de carbono absolutas aumentaron un 18% en 2021».

Es el ejemplo perfecto de greenwashing: sí, firmamos acuerdos para la reducción de nuestras emisiones, hacemos grandes compromisos… pero, ante una circunstancia como una pandemia que nos permite expandir nuestra actividad de manera brutal, posponemos todos nuestros acuerdos y compromisos, y contaminamos como si no hubiera un mañana. Emitir un 18% más de gases con efecto invernadero, con el tamaño que tiene Amazon, es precisamente la factura que nuestro planeta, a estas alturas, no se puede permitir, y representa fielmente nuestra actitud con respecto a la emergencia climática: sí, es terrible, una emergencia… pero ya cambiaremos mañana, que hoy tengo mejores cosas que hacer!

La actitud de Amazon es idéntica a lo que ocurre en la Unión Europea: todos los países hablan de objetivos de descarbonización y del Acuerdo de París, pero en cuanto llega una circunstancia como un conflicto bélico que amenaza con interrumpir el suministro de gas ruso, todos nos ponemos a incrementar nuestro almacenamiento de gas y a acumular carbón para calentarnos, y posponemos nuestros objetivos hasta más ver.

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¿Cuál es el problema? Muy sencillo: que los efectos que estamos viendo sobre el planeta en forma de olas de calor, inundaciones, huracanes, incendios y demás fenómenos climatológicos extremos se están produciendo con un incremento en la temperatura media del planeta de tan solo un grado con respecto a los niveles pre-industriales, y que los efectos a medida que se incrementa la temperatura no se producen de manera lineal, sino exponencial. Lo que se nos viene encima en los próximos años no va a ser precisamente bonito.

Pero no hay problema. ¿Para qué nos vamos a amargar la vida pensando en cosas horribles? Metamos la cabeza en la arena y sigamos sin cambiar nada, sin obligar a nuestros políticos a cambiar, y sin renunciar a nada. ¿Emergencia climática? No importa. Tenemos otras prioridades.


This article is also available in English on my Medium page, «How come there’s always an excuse for not tackling the climate emergency?«

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