Gorillas es una compañía que me gustó desde el primer momento en que la vi, que llevo siguiendo un tiempo, y que hoy precisamente ha anunciado una ronda de financiación de $290 millones con participación entre otros del gigante chino Tencent, que la eleva al estatus de unicornio, con una valoración que supera ya los mil millones de dólares. Anteriormente, el pasado diciembre, había levantado una serie A de $44 millones.
¿Por qué me gusta Gorillas? Primero, porque es europea, fundada en Berlín por Kağan Sümer y Jörg Kattner, lo que introduce diversidad y aporta competencia a la omnipresente Amazon, y a otros modelos locales basados en la gran distribución tradicional.
Segundo, porque funciona mediante un modelo diferente: supermercados diseñados exclusivamente para el envío (en inglés, dark stores, siguiendo la analogía de los dark restaurants, porque no están abiertas al público), lo que implica un nivel de automatización muy superior que optimiza el proceso de composición de cada pedido y lo reduce al mínimo, hasta el punto de que ofrecen que tu compra llegue en diez minutos, con un cargo adicional de tan solo dos euros. Ese es precisamente el modelo que intentaron en su momento pioneros de la gran distribución a través de internet como Peapod o HomeGrocer, que fracasaron entonces porque la penetración de la red no era tan elevada como ahora y no fueron capaces de llegar al número crítico de pedidos que les permitía amortizar sus desarrollos y sus almacenes completamente automatizados.
Y tercero, porque contrariamente a lo que hacen muchas otras compañías centradas en el envío a domicilio, contrata a sus riders como empleados e intenta ofrecerles una remuneración y un plan de carrera razonable – de hecho, lo primero que ha anunciado tras la ronda de financiación es un bonus que los incluye. En un momento en el que una compañía tan odiosa como Deliveroo, que explota miserablemente a quienes hacen sus envíos, se enfrenta a una huelga que podría darle problemas de cara a su salida a bolsa, y cuando se vuelve a hablar de los conocidos repartidores de Amazon que se veían obligados a orinar en botellas, ver compañías que intentan plantearse este tema algo mejor resulta todo un alivio.
La compañía comenzó operando en Berlín en mayo de 2020, se extendió a Colonia en noviembre, y ahora, en lo que es sin duda una expansión impresionante, está ya presente en trece ciudades entre Alemania (Berlín, Colonia, Düsseldorf, Frankfurt, Hamburgo, Munich y Stuttgart), los Países Bajos (Amsterdam, Groningen, Rotterdam, La Haya y Utrecht), y el Reino Unido (Londres).
El modelo apunta a una tendencia que se ha consolidado de manera clara durante la pandemia: el recurso a la compra online para muchos de los productos que consumimos que no nos produce una especial emoción salir a comprar nosotros mismos. Si bien salir de compras puede ser una actividad apetecible como tal en algunas circunstancias y para algunas categorías de productos, muchos otros son simplemente un reabastecimiento de aquellos que hemos consumido, y que es tan sencillo como introducir el pedido en una app y que aparezcan rápidamente en casa. Para este tipo de cosas, estoy convencido de que el modelo consiste en priorizar al máximo la automatización y reducir la participación del usuario al mínimo imprescindible.
Si no los tenías en tu radar, vete poniéndolos.
