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Microsoft y la integración de ChatGPT

IMAGE: Owen Yin

Algunos usuarios comentaron el pasado viernes que habían podido, durante unos pocos minutos, interactuar con la nueva versión de Bing con ChatGPT integrado, y dos de ellos han escrito sobre la experiencia y han mostrado además algunas capturas de pantalla.

La integración, aparentemente, es utilizada para definir «the new Bing», y se ubica en un menú en la esquina superior izquierda en la que el usuario puede optar entre la búsqueda tradicional y la opción de chat, que da paso a una pantalla bajo el título «Welcome to the new Bing: Your AI-powered answer engine» en la que aparece una caja conversacional con una lupa y las palabras «Ask me anything».

Tras introducir un texto, obtendríamos una respuesta, con las mismas características que en ChatGPT, es decir, con posibilidad de enlazar distintas preguntas entre sí en modo conversacional y hacer referencia a interacciones anteriores, y con una adición enormemente interesante: las fuentes de información a partir de las cuales se obtuvo la respuesta, tal y como hacen aplicaciones como Perplexity.ai, lo que permitiría a quien quisiera hacerlo comprobar la fiabilidad de la respuesta en función de las páginas con las que se ha construido.

Una integración construida en unas pocas semanas, pero que podría permitir a Microsoft hacer un relanzamiento de su motor de búsqueda, que actualmente cuenta con una cuota de mercado de tan solo un 8.95% frente al 84.08% de Google (otras fuentes le asignan menos aún, en torno a un 3%), y posicionarlo, aunque sea por un tiempo breve ante la anticipada reacción de Google, como una ventaja competitiva interesante.

La cuestión sería bastante paradójica considerando que Google ha sido desde hace muchos años la compañía que se preciaba de considerar el machine learning como la parte más importante de su ventaja competitiva, la que comparaba el impacto de la inteligencia artificial con el de la electricidad o el fuego, y la que creía además que su inteligencia artificial era más inteligente que la de sus competidores. Con semejantes antecedentes y una preparación tan larga, ver cómo Microsoft se convierte, aunque sea por unos días, en la primera compañía que combina esa tecnología con lo que es el negocio más importante de Google, la búsqueda, justifica claramente la declaración de alerta roja que la compañía lanzó a finales del pasado enero.

¿Qué puede salir de una integración como esta? De entrada, parece claro que la compañía está dispuesta a poner toda la carne en el asador: al menos en las pantallas que se han capturado hasta ahora, únicamente aparece una advertencia sobre la fiabilidad de los resultados, que dice

«Let’s learn together. Bing is powered by AI, so surprises and mistakes are possible. Make sure to check the facts, and share feedback so we can learn and improve»

(«Aprendamos juntos. Bing funciona con inteligencia artificial, por lo que es posible que se produzcan sorpresas y errores. Asegúrese de verificar los hechos y comparta sus comentarios para que podamos aprender y mejorar»)

Para una compañía que ha tenido malas experiencias con algoritmos que eran manipulados para conseguir que contestasen barbaridades de todo tipo, la advertencia podría ser una precaución escasa, y seguramente veremos todo tipo de capturas de pantalla con resultados absurdos o ridículos, como también lleva tiempo ocurriendo con el propio ChatGPT. Pero cuando tienes poco que perder y la oportunidad de aprovechar la curva de difusión tecnológica más rápida de la historia – un millón de usuarios en cinco días y cien millones en dos meses – las precauciones reputacionales de ese tipo pasan a un segundo plano.

Ahora, queda esperar si es Microsoft la que abre el nuevo Bing a los usuarios, o por el contrario, es Google la que, en su evento de este miércoles, se decide a hacerlo. Dados los tiempos, lo normal sería pensar que Google se limitase a hacer algunos anuncios al respecto, pero hablamos de compañías con recursos de desarrollo e integración prácticamente ilimitados, con lo que podría haber sorpresas.

¿Quién se apuntará el punto de ser el primer motor de búsqueda como tal con integración de un chatbot conversacional? ¿Y cómo de importante es eso, si sabemos que, al menos por el momento, ese chatbot conversacional está mucho más orientado a «parecer humano» que a proporcionar respuestas fiables o factualmente correctas? ¿Veremos a cada vez más usuarios prescindir de las famosas páginas con enlaces, y dedicarse simplemente a disparar preguntas? ¿Cuáles serán las consecuencias de algo así? ¿Es ese el futuro de la búsqueda?

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