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La cadena de bloques como protocolo universal

IMAGE: Reto Scheiwiller - Pixabay (CC0)

Cada vez son más los movimientos que parecen apuntalar a la cadena de bloques como el futuro protocolo para prácticamente todo. Al incipiente movimiento que define la evolución de la web como Web 3.0 – odio profundamente esas nomenclaturas en forma de nombres de versión – que, básicamente, viene a ser una web en la que toda transacción queda almacenada en una cadena de bloques en múltiples variedades (como smart contract, como NFT o con otros protocolos que irán apareciendo), se unen cada vez mas evidencias de adopción a todos los niveles que apuntan a lo mismo.

China, por ejemplo, que abrazó con enorme énfasis la fe en el futuro de la cadena de bloques como protocolo universal tras el espaldarazo que su líder, Xi Jinping, le dio públicamente en 2019, se está convirtiendo no solo en el país con más opciones de infraestructura, en el primero que designa determinadas regiones del país como «zonas de prueba» para el desarrollo de aplicaciones reales sobre la cadena de bloques, que incluyen sectores como la manufactura, la energía, los servicios gubernamentales, la aplicación de la ley, los impuestos, la administración de justicia, o las aduanas.

El énfasis chino en utilizar la cadena de bloques para cada vez más aplicaciones nos da una pista sobre un protocolo que, hasta hace no demasiado tiempo, muchos consideraban «una solución en busca de un problema«, y me recuerda – que uno peina ya bastantes canas – los tiempos en los que internet era algo utilizado en tan solo unas pocas aplicaciones y el TCP/IP se veía simplemente como una forma relativamente compleja de transmitir datos a través de una red. Recuerdo con verdadera nostalgia el famoso vídeo de Warriors of the Net con el que seguramente todos los profesores de tecnología empezamos, allá por el año 2002, a explicar a nuestros alumnos el protocolo de una manera didácticamente razonable: sí, parecía complicado, pero en la práctica no lo era tanto, y estaba debajo del funcionamiento de todo internet tal y como lo conocíamos.

La cadena de bloques está en la misma situación, y presumiblemente seguirá en ella: del mismo modo que ahora todos utilizamos internet y, sin embargo, muy pocos saben cómo funciona el protocolo – o más propiamente, la familia de protocolos – TCP/IP, pronto nos encontraremos en una situación en la que todos utilizamos aplicaciones que corren sobre una cadena de bloques, aunque muchos sigan toda su vida sin saber en qué consiste. Y no pasará nada, porque así son los protocolos: se adoptan y se usan, aunque no se entiendan, si sus características aportan ventajas. Y en ese sentido, la inmutabilidad y descentralización que ofrece la cadena de bloques es evidente que las aporta.

Así, al tiempo que China se prepara para poner a funcionar sobre la cadena de bloques todas sus industrias e infraestructuras más básicas, nos encontramos al World Economic Forum avisando a las compañías de que se pongan las pilas con la cadena de bloques si no quieren verse excluidas de muchas transacciones en un futuro que se ve cada vez más próximo, a Google creando un grupo dedicado al estudio de la cadena de bloques bajo el mando de un VP de Ingeniería, o a cada vez más aplicaciones de la cadena de bloques a áreas como la cadena de suministros, la sanidad o la energía.

Una cadena de bloques que muchos conocieron asociada al fenómeno de las criptomonedas, que ahora supera esa asociación inicial y se convierte en una suerte de protocolo universal: así hablemos de cualquier industria o del futuro de la mismísima internet, todas las transacciones estarán ancladas en una cadena de bloques descentralizada, sobre la que se construirá todo lo demás. Si aún no entiendes por qué tenemos que liarnos la cabeza con ese protocolo aparentemente tan complejo, si aún no ves las ventajas de su descentralización, si aún no sabes por qué diablos es tan robusto o tan presumiblemente inalterable, o si simplemente no eres capaz de explicarte ese furor rayano en lo religioso por algo tan aparentemente poco excitante como un protocolo, vete empezando a documentarte: haz clic en los enlaces de esta entrada, lee y asimila. Ya me lo agradecerás más tarde. Pronto te encontrarás la cadena de bloques en todas partes.

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